No muy buenas noticias trajo la publicación de la
Cuentas Nacionales por el Banco Central para la economía chilena en el tercer
trimestre.
A un magro aunmento aumento anual de 2,8%, tras
aumentar 5,4% el trimestre anterior, se observó una reducción en las
exportaciones netas producto de un mayor dinamismo en las importaciones (8,4%)
que en las exportaciones (1,7%); la cuenta corriente fue deficitaria en
US$3.395 millones, lo que equivale a 4,9% del PIB (gráfico 1); con ello se
acumuló un déficit de 2,3% del PIB en un año.
También la balanza comercial presentó un déficit
marginal de US$6 millones, reflejo del dinamismo de las importaciones y de una
variación prácticamente nula de las exportaciones y la economía chilena
registró una posición deudora neta con el resto del mundo de US$77.461
millones, equivalente a 27,3% del PIB.
Ello se desprende de la publicación de las Cuentas
Nacionales por parte del Banco Central de Chile.
Con tres días hábiles menos que el tercer
trimestre del año 2017, el efecto calendario resultó igual a -0,4 puntos
porcentuales.
Desde la perspectiva del origen, se observaron
incrementos en todas las actividades a excepción de minería. Destacaron en
términos de incidencia los servicios personales y, en menor medida, comercio y
servicios empresariales. En tanto, la actividad agropecuario-silvícola destacó
por su dinamismo.
Por su parte, las cifras ajustadas estacionalmente1/
dieron cuenta de un incremento de 0,3% del producto interno bruto (PIB) con
respecto al trimestre anterior. La mayor contribución se registró en minería,
seguida de transporte y servicios personales. Compensaron en parte lo anterior
el suministro de electricidad, gas y agua (EGA) y la industria manufacturera.
Respecto del gasto, al igual que el trimestre
anterior, el PIB se vio impulsado en términos anuales por la demanda interna,
alza que fue compensada en parte por una caída en las exportaciones netas. La
demanda interna registró un dinamismo menor al trimestre anterior (4,6%; 6,1%
en el segundo trimestre). Al igual que en el primer semestre, ésta se vio
impulsada por el consumo de los hogares y, en menor medida, por la inversión.
El gasto en consumo creció un 3,5% liderado por los hogares, donde destacó el
gasto en servicios y en bienes durables.
Por otro lado, el alza registrada en la inversión fue
liderada por un aumento en la formación bruta de capital fijo (FBCF); en
particular, destacó el componente de maquinarias y equipos. En tanto, la
variación de existencias alcanzó una razón acumulada en un año de 1,1% del PIB
a precios del año anterior.
En particular, las internaciones de productos
metálicos, maquinarias y equipos y de productos químicos y combustibles
destacaron por sus incidencias. En tanto, dentro de las exportaciones
destacaron los mayores envíos de alimentos y frutas.
En términos desestacionalizados, la demanda interna
cayó 0,6% con respecto al segundo trimestre, explicada por la variación de
existencias. Lo anterior fue en parte compensado por el consumo de hogares y la
FBCF.
El ingreso nacional bruto disponible real creció 1,4%
tras hacerlo en 4,8% el trimestre anterior. En este resultado influyó principalmente
la caída en los términos de intercambio, la que fue parcialmente compensada por
mayores transferencias desde el exterior. El efecto del ingreso neto de
factores del resto del mundo fue marginal en el período.
El ahorro bruto total ascendió a 23,7% del PIB en
términos nominales, compuesto por una tasa de ahorro nacional de 18,8% del PIB
y un ahorro externo de 4,9% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta
corriente de la Balanza de Pagos.
Por otra parte, en línea con la política de revisiones
de las cuentas nacionales, la tasa de crecimiento del PIB se corrigió al alza
en 0,1 puntos porcentuales en el primer trimestre y no presentó revisiones en
el segundo trimestre.
El déficit de la Cuenta Corriente fue consecuencia de
un saldo negativo de la renta y, en menor medida, de la balanza comercial de
bienes y servicios.
La balanza comercial presentó un déficit marginal de
US$6 millones, reflejo del dinamismo de las importaciones y de una variación
prácticamente nula de las exportaciones. El desempeño de las primeras se
explicó por aumentos de volumen y precios, destacando las internaciones de
automóviles y el precio de los combustibles, respectivamente. Por su parte, las
exportaciones se vieron afectadas por el menor precio del cobre.
La cuenta financiera mostró un endeudamiento neto con
el resto del mundo, lo que correspondió a entradas de capital por US$5.012
millones. La cifra se explicó principalmente por las transacciones de la banca,
que retornó depósitos desde el exterior, tomó préstamos y emitió bonos en el
extranjero.
Por otra parte, la economía tuvo una posición de
deudora neta por el endeudamiento de la cuenta financiera y la depreciación de
las monedas respecto del dólar lo que significó un deterioro de US$5.963
millones respecto del trimestre previo.