En su Reunión de Política Monetaria, el
Consejo del Banco Central de Chile acordó aumentar la tasa de interés de
política monetaria en 25 puntos base, hasta 3%. La decisión fue adoptada por la
unanimidad de sus miembros.
En el ámbito externo, los datos recientes
apuntan a una moderación del crecimiento de la economía mundial mayor que la
anticipada, acompañada de volatilidad en los mercados financieros y de riesgos
políticos y económicos que persisten. En el mundo desarrollado, las
expectativas económicas se han deteriorado.
Los datos coyunturales de crecimiento de
la Eurozona volvieron a sorprender negativamente, mientras los indicadores de
actividad de China siguieron moderándose, gatillando el anuncio de nuevos
estímulos por parte de sus autoridades. Sin embargo, en Estados Unidos los
datos recientes se mantienen dinámicos. La inflación se desaceleró en la
mayoría de los países producto de la reducción del precio del petróleo en el
último trimestre del 2018.
En este contexto, los principales bancos
centrales han señalizado una mayor gradualidad en el ritmo de normalización de
sus políticas monetarias, lo que se ha incorporado en los precios de mercado.
Las tasas de interés de largo plazo se han reducido en varias economías, las
bolsas han aumentado desde los niveles de fines del 2018 y los flujos de
capitales han retornado a los países emergentes.
El precio del petróleo se ha
recuperado parcialmente en lo que va del 2019, en tanto que el cobre ha
oscilado en torno a US$2,7 la libra.
En cuanto a las condiciones financieras
locales, el peso siguió experimentando vaivenes relevantes, mostrando escasa
variación respecto del dólar estadounidense al comparar su valor actual con el
vigente al momento de la Reunión previa.
Esto, en un contexto en que los indicadores de
riesgo local permanecen contenidos, las tasas de interés han descendido
levemente, acoplándose a la tendencia global, mientras la bolsa (IPSA) se ha
alineado a las alzas que muestran las plazas bursátiles de América Latina. En
el mercado del crédito, el crecimiento anual de las colocaciones se aceleró
hacia fines del 2018, destacando el alza en consumo y comerciales.
Las
tasas de interés se mantienen bajas en perspectiva histórica y la Encuesta de
Crédito Bancario del cuarto trimestre del 2018 dio cuenta de una demanda para
los distintos segmentos que continuó fortaleciéndose. Por el lado de la oferta,
se observan menos restricciones al crédito para grandes empresas y condiciones
algo menos favorables para hipotecarios.
En el último trimestre del 2018 la
economía retomó dinamismo, en línea con lo contemplado en el IPoM de diciembre.
La actividad en los rubros no mineros
tendió a acelerarse, en especial en las ramas ligadas a la inversión. Sobre
esta última, destaca el dinamismo de las importaciones de bienes de capital, la
revisión al alza del Catastro de la CBC y la persistencia de cifras positivas
para la construcción.
Los indicadores parciales de consumo muestran un
crecimiento menor que en la primera parte del 2018, en especial el componente
durable. En el mercado laboral, la tasa de desempleo nacional se mantiene en
torno a 7%, mientras que el crecimiento anual de los salarios nominales sigue
en valores cercanos a 4%.
Para el 2019, las expectativas contenidas en la EEE
prácticamente no variaron tras la divulgación del IPoM pasado, anticipando un
crecimiento del PIB de 3,6%.
La inflación mensual de diciembre fue
negativa (-0,1%), afectada principalmente por la caída de los precios de los
componentes más volátiles (energía y alimentos).
Con esto, en términos anuales, el IPC se
ubicó en 2,6% y el IPCSAE en 2,3%, ambas cifras algo por debajo de lo previsto
en el IPoM de diciembre.
Los precios más sensibles a la brecha de
actividad, como los servicios no regulados del IPCSAE, continuaron su alza
paulatina. Las expectativas de inflación a diciembre del 2019 se redujeron a
2,8%, mientras que a dos años plazo se mantienen en torno a 3%.
La decisión del Consejo consideró que la
evolución de las condiciones macroeconómicas sigue justificando una gradual
reducción del estímulo monetario, en línea con lo previsto en el último IPoM.
Al mismo tiempo, reiteró que llevaría
adelante este proceso con gradualidad y cautela.
En
particular, el próximo IPoM pondrá especial atención a la evolución del
escenario internacional y sus implicancias para la convergencia de la inflación
a la meta.
Con esto, el Consejo reafirma su
compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad, de manera que la
inflación proyectada se ubique en 3% en el horizonte de dos años.