Para las empresas, la transferencia de
conocimiento y tecnología puede convertirse en una generación de conocimiento,
ya que así consiguen incrementar el valor generado por sus investigaciones y
dotarlas de aplicación práctica.
Es así como en 2008, nace la Incubadora de
Innovación para el Vino y la Oliva (), un centro abierto a la comunidad cuyo
objetivo es la investigación e innovación en el vino y el aceite de oliva que
es dirigido por el enólogo Matías Pincheira y por la gerente Patricia Roca.
Su misión es ofrecer un servicio único y
exclusivo que sorprenda y emocione mediante el trabajo investigativo; apoyando
en todas las fases de elaboración y cumpliendo altas expectativas de calidad y
su principal característica es el asistir personalmente a cada cliente y
desarrollar productos de acuerdo a sus necesidades, preocupándose de todo
detalle durante el proceso, favoreciendo un resultado final, diferenciado y
único.
IIVO cuenta con el respaldo de Vinotec, entidad que, con más de 20 años de trayectoria en la industria vitivinícola, ha entregado servicios de excelencia a través de un equipo multidisciplinario, apoyados por destacados colaboradores internacionales. Todo ello, junto a la constante búsqueda de innovación y oferta de servicios del más alto nivel, que permiten asesorar y entregar soluciones específicas, de acuerdo a las necesidades de los usuarios.
Destaca por realizar un trabajo de manera
amigable con el medio ambiente, utilizando los subproductos de la propia
producción de vinos y aceites.
Miguel González, director de IIVO, afirmó,
“Nos dimos cuenta que los centros de investigación e innovación están enfocados
en los grandes productores. Por ello, quisimos contribuir poniendo a
disposición de los emprendedores, micro agricultores, estudiantes, agrónomos,
empresas y todo aquel amante de la agricultura, tecnología de punta para que
puedan obtener productos únicos y más competitivos en el mercado. Invitamos a
todos los que quiera seguir avanzando y conociendo esta área a visitarnos y
aprovechar esta oportunidad”.
Ilich Pérez, emprendedor, explicó los beneficios de utilizar las instalaciones de IIVO, “Me encanta el mundo del vino y junto con un socio decidimos crear la empresa Vinos Peroli. En ese momento, comenzamos a buscar cómo obtener un producto innovador.
Fue así como llegamos al centro y nos encantó. Ellos no sólo pusieron a nuestra disposición sus instalaciones, sino que nos guiaron durante todo el proceso. Puedo decir que co-crearon el producto con nosotros. Hoy no sólo tenemos vinos, sino que también decidimos producir aceite de oliva y los resultados han sido excelentes”.
IIVO es una empresa cercana, descentralizada y regional, ubicada en el corazón del Valle de Colchagua, la que además de entregar un servicio necesario y de la mejor calidad para productores vitivinícolas y olivícolas, hoy es además reconocido como un punto de encuentro que enriquece la esfera turística de la zona ya que cuenta con el servicio de la cafetería DelMoli para atender a los clientes.
Los servicios comienzan con una bodega de
micro vinificación que tiene una capacidad para 60.000 litros que, de vino, que
se guardan en ánforas Drunk Turtle, material de origen italiano y que son elaboradas
en cocciopesto con capacidad para 1.700 cada una.
Además, se respetan los atributos
propios de la variedad sin afectar su personalidad sensorial.
También tienen tulipas de cemento
italianas Nico Velo de 3.700 litros y son cubas de cemento que se han utilizado
durante siglos en la elaboración del vino, pero fueron abandonadas con la
llegada del acero inoxidable.
También cuenta con cubas de acero
inoxidable, con una prensa y despalilladora Bucher Vaslin que es un equipamiento
de origen francés completo a escala.
Por otra parte, la bodega de Guarda tiene
una capacidad de 126 barricas de 225 litros cada una, por lo que IIVO cuenta
con un espacio donde se puede dejar evolucionar tranquilamente un vino de alta
gama, con humedad y temperatura controlada todo el año y totalmente limpio de
agentes contaminantes externos.
En cuanto a la producción de aceite de
oliva, la incubadora cuenta con una Almazara para la Producción de Aceite de
Oliva Extra Virgen que tiene una capacidad de producción, de hasta 200 kg/h, con
un espacio con ambiente controlado para su prensado y maceración.
Una sala
de evaluación sensorial para vinos, corchos, maderas, aceite de oliva y
alimentos y la gestión de desarrollo de proyectos de innovación.
Esta incubadora transforma al valle de Colchagua en un valle vitivinícola completo donde no solo hay viñas sino que además, se realiza una labora de asesoramiento al pequeño productor para quien es una ayuda importante en el desarrollo de su negocio.
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