El emprendimiento fallido puede constituir una oportunidad de aprendizaje y mejora, en la medida que este emprendedor pueda volver a levantarse, aplicando la experiencia alcanzada a su nuevo proyecto.
En el Día Mundial del Emprendimiento, la
Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir) informa que cuenta
con una herramienta eficaz para brindar asistencia oportuna a las MIPEs que
enfrentan dificultades económicas: la Ley N.º 21.563. Desde el 11 de agosto de
2023 la normativa dispone de nuevos procedimientos simplificados para que micro
y pequeñas empresas accedan a soluciones legales frente a situaciones de
endeudamiento, ya sea a través de la Reorganización o Liquidación Simplificada.
La Reorganización Simplificada es un procedimiento judicial que permite- en un plazo no mayor a 4 meses- a una MIPE reestructurar sus activos y pasivos mediante un acuerdo con sus acreedores, en que se pueden establecer nuevos plazos de pago, nuevas tasas de interés, posibles remisiones de deudas o modificación de ciertas obligaciones.
En este proceso interviene un
veedor, que es una persona natural sujeta a la fiscalización de la Superir y
que tiene entre sus funciones facilitar los acuerdos entre el deudor y sus
acreedores, además de asistir a la micro o pequeña empresa en la elaboración de
su propuesta de acuerdo.
Un beneficio de este trámite es la Protección
Financiera, que es el período que la ley otorga al deudor que se somete al
procedimiento concursal, durante el cual no podrá solicitarse ni declararse su
Liquidación, ni podrán iniciarse en su contra juicios ejecutivos, ejecuciones
de cualquier clase o restituciones en los juicios de arrendamiento.
Además, todos los contratos suscritos por el deudor
mantendrán su vigencia y condiciones de pago.
Mientras que la Liquidación Simplificada, que también
es un procedimiento judicial, tiene por objetivo la venta rápida y eficiente de
los bienes de la empresa para pagar a sus acreedores, administrado por un
liquidador concursal. Se solicita en tribunales, por lo que se debe contar con
un abogado particular o uno abogado designado por la Corporación de Asistencia
Judicial respectiva.
Este procedimiento, que antiguamente duraba en
promedio 2 años, ahora está durando entre 4 y 8 meses.
Recordar que las microempresas, son aquellas cuyos
ingresos anuales sean inferiores a 2.400 UF y que tuvieren contratados de 1 a 9
trabajadores; y en el caso de las pequeñas empresas, aquellas con ingresos
anuales superiores a las 2.400 UF, pero inferiores a 25.000 UF, y un personal
contratado superior a 10 e inferior a 49 trabajadores.
“Desde el 11 de agosto de 2023 el sistema concursal chileno permite reorganizar o liquidar eficientemente una MIPE, lo que constituye un pilar esencial de una economía competitiva, moderna.
Asimismo, permite disminuir la incertidumbre y riesgos asociados para deudores y acreedores, generando dinámicas positivas en las cuales un emprendimiento fallido constituye una oportunidad de aprendizaje y mejora”, señaló el Superintendente de Insolvencia y Reemprendimiento, Hugo Sánchez Ramírez.Adicionalmente, desde la Superir se destaca la
relevancia de la asistencia preventiva para que los emprendedores puedan
mejorar las condiciones en las que opera su negocio y así poder enfrentar de
mejor forma eventuales dificultades económicas.
Para más información la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento cuenta con la página www.tenlaclara.cl donde se detallan los requisitos, documentos, etapas y efectos de cada procedimiento concursal.
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