COVISA, con más de cuatro
décadas de trayectoria en la fabricación de cables eléctricos, ha renovado
el Sello Renova, acreditación que garantiza que su producción se
realiza con un 100% de energía proveniente de fuentes renovables.
El avance puede parecer
técnico, pero su alcance es profundo: en una industria históricamente asociada
al alto consumo energético, la transición hacia procesos limpios marca un
cambio estructural.
“No se trata solo de
modernizar la fábrica, sino de asumir que el desarrollo sostenible es una
responsabilidad colectiva”, comenta Felipe Rossi, gerente de Proyectos y
Mantenimiento de COVISA.
El sistema Renova,
gestionado por el Coordinador Eléctrico Nacional, permite trazar el origen de
cada megawatt hora utilizado, asegurando su procedencia limpia. Así, los cables
de cobre fabricados en Viña del Mar no solo transportan electricidad: también
conducen una nueva forma de pensar la producción industrial.
Para Gonzalo Ureta,
gerente general de la compañía, el compromiso con la energía verde forma parte
de un cambio cultural.
“Estamos convencidos de que el
futuro de la industria pasa por producir más, pero mejor. El cobre chileno,
transformado con energía limpia, puede ser un emblema de competitividad
responsable”, afirma.
El cobre, metal esencial en la
electrificación global, ha cobrado nuevo protagonismo en el contexto de la
descarbonización.
Su durabilidad, conductividad
y posibilidad de reciclaje lo convierten en un material estratégico para la
transición energética. Si a eso se suma un proceso productivo sustentable, el
impacto ambiental disminuye significativamente.
Desde la Quinta Región, COVISA demuestra que la innovación no siempre se traduce en grandes tecnologías importadas: a veces basta con redefinir la manera en que producimos lo cotidiano. Porque la energía del futuro también se fabrica aquí, con cobre chileno y convicción verde.

No hay comentarios:
Publicar un comentario