La Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) revisó a la baja las proyecciones de crecimiento de la actividad
económica de la región para 2019, año en que se espera una expansión promedio
de 0,1% en América Latina y el Caribe, según informó hoy mediante un comunicado
de prensa.
Para 2020, en tanto, el organismo proyecta que la
región continúe en una senda de bajo crecimiento, con una expansión estimada
del producto interno bruto (PIB) de 1,4%. Con esto se cumplirían siete años en
que América Latina y el Caribe permanecería situada en un escenario de
bajo crecimiento, que se ha traducido a su vez en un deterioro de los niveles
de ingreso per cápita promedio. El PIB per cápita de la región se vería
reducido en un 4% entre 2014-2019, lo que implica una caída promedio anual de
-0,8%.
La desaceleración del ritmo de crecimiento se extiende
para la mayoría de las economías de América Latina (17 de 20 países) en 2019.
Este año las economías de América del Sur, especializadas en la producción de
bienes primarios, en especial petróleo, minerales, y alimentos caerían un
-0,2%, la primera caída desde 2016. En 2020 se espera que el crecimiento en
esta subregión sea de 1,3% en promedio.
Para las economías de Centroamérica y México, por su
parte, se prevé una tasa de expansión de 0,7% para 2019 y de 1,6% para 2020,
valores que implican una reducción respecto de la tasa media de crecimiento
observada desde 2014 en esta subregión.
Para el Caribe de habla inglesa u holandesa se estima
un crecimiento promedio de 1,5% para 2019, y la tasa esperada para 2020 es de
5,7%. Vale la pena destacar que este último dato está muy influenciado por el
alto crecimiento que se espera para Guyana, vinculado al comienzo de la
producción de petróleo que tendría lugar el próximo año, indica la CEPAL.
Según la comisión regional de las Naciones Unidas, la
dinámica de la actividad económica en América Latina y el Caribe se da en un
contexto en que la economía global ha disminuido su contribución al crecimiento
de la región en 2019, situación que muy probablemente se mantendrá para el
próximo año.
No solo el volumen de comercio global y el nivel de
actividad global se han venido desacelerando de forma pronunciada -afectando la
demanda por exportaciones que enfrenta América Latina y el Caribe- sino que
también se han visto afectados a la baja los precios de las materias primas que
exportan muchos de los países de la región.
Además, los episodios de aumentos en la volatilidad
financiera influyeron por momentos negativamente en las condiciones financieras
y los flujos de financiamiento disponibles para los países, agrega el
organismo.
Ante este contexto externo caracterizado por tensiones
comerciales y alta incertidumbre, se agravan las dificultades que en materia de
inserción al comercio y producción internacional suelen exhibir las economías
de la región, advierte la CEPAL.
Las debilidades de la economía global, llevan a que
los componentes de la demanda interna tengan un mayor peso relativo en la
dinámica de crecimiento futura.
A las dificultades que enfrentan las economías de
la región para expandir el espacio de política -tanto fiscal como monetaria-,
se suman las crecientes demandas por cambios estructurales para enfrentar las
profundas desigualdades que subsisten en la región, indica finalmente la
Comisión.
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