La recuperación sostenible con igualdad requiere
acceso equitativo a las vacunas, mayor liquidez y reformas en la arquitectura
financiera internacional que aseguren la inclusión de todos los países en
vías de desarrollo independientemente de su ingreso, subrayó Alicia Bárcena,
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL).
La alta funcionaria de las Naciones Unidas participó
en el plenario del Consejo Económico y Social de Argentina sobre una nueva
arquitectura financiera internacional, que se realizó el jueves 8 de abril y
que fue inaugurado por el presidente Alberto Fernández.
Junto a Alicia Bárcena, participaron como expositores
el economista Jeffrey Sachs; la Secretaria General Iberoamericana, Rebeca
Grynspan, y el Director Ejecutivo de Jubilee USA Network, Eric LeCompte. El
plenario fue coordinado por Gustavo Beliz, Secretario de Asuntos Estratégicos
de la Nación y presidente del Consejo Económico y Social de Argentina. La
clausura estuvo a cargo del Ministro de Economía de ese país, Martín
Guzmán.
Durante su presentación, la máxima representante de la
CEPAL subrayó que América Latina y el Caribe es la región en desarrollo más
afectada por la pandemia. Precisó que la región representa el 8,4% de la
población mundial y, sin embargo, concentra 30% de las muertes por COVID-19.
Además, sufre la peor contracción del PIB en 120 años, con una caída de 7,7% en
2020.
Añadió que la pandemia magnificó las brechas
estructurales de la región en materia de desigualdad, espacio fiscal limitado,
baja productividad, informalidad y fragmentación de los sistemas de protección
social y salud.
Alicia Bárcena resaltó que los países han invertido
4,3% del PIB en medidas fiscales, sin embargo, América Latina y el Caribe sigue
siendo la región más endeudada del mundo en desarrollo (79% del PIB) con el
mayor servicio de la deuda externa en relación con las exportaciones de
bienes y servicios (57%).
Subrayó que la política de gasto público a través de
transferencias impulsada por los países fue el principal instrumento para
mitigar los impactos sociales y económicos de la pandemia. Citó como ejemplo el
caso de América del Sur, donde el gasto total creció de 24,1% a 27,8%. Si no se
hubieran tomado medidas, el impacto social de la pandemia habría sido peor,
advirtió.
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL agregó que el
aumento generalizado del endeudamiento, en gran parte por la caída del PIB, ha
disparado las necesidades de financiamiento en la región.
Asimismo, instó a fortalecer la posición externa para
mejorar el riesgo crediticio. Precisó que más de la mitad de las economías
de la región tiene una clasificación crediticia de alto riesgo, según las tres
principales agencias de calificación crediticia (Moody's, Standard and Poor y
Fitch).
Alicia Bárcena subrayó que la emisión de derechos
especiales de giro (DEGs) es bienvenida, pero advirtió que no es la panacea y
que su distribución es desigual. Puntualizó que a las economías en
desarrollo se les asignaría aproximadamente un 40% de la nueva emisión, y el resto
iría a los países desarrollados. En el caso de América Latina y el Caribe,
la región recibiría cerca del 8% del total (alrededor de 73 mil
millones de dólares).
Precisó que cubrir las necesidades de financiamiento requiere ampliar y redistribuir la liquidez desde los países desarrollados a los países en desarrollo, y destacó que una nueva emisión y reasignación de los DEGs debe formar parte de una reforma más amplia de la arquitectura financiera internacional.
Para ello, se debe complementar la liquidez generada
por los DEGs mediante la creación de fondos multilaterales y mayor cooperación
regional; impulsar una reforma institucional de la arquitectura de la deuda
multilateral con un mecanismo de reestructuración de deuda soberana con
los inversores privados y una agencia multilateral de calificación crediticia
para contrarrestar las evaluaciones de crédito por parte de agencias privadas;
y potenciar la implementación de instrumentos innovadores para aumentar la
capacidad de reembolso de la deuda y evitar el endeudamiento excesivo.
“Se debe integrar las medidas de liquidez y de
reducción de la deuda en una estrategia de financiamiento para el
desarrollo encaminada a construir un futuro mejor”, afirmó Alicia
Bárcena.
Durante su presentación, la máxima representante de la
CEPAL enumeró las cinco acciones de política propuestas por el organismo para
abordar las necesidades de liquidez, los desafíos de la deuda y la década de
acción: ampliar y redistribuir la liquidez desde los países desarrollados hacia
los países en desarrollo; analizar con mayor profundidad la deuda a través de
alivios y revisión de plazos de repago y tasas; mejorar la capacidad crediticia
y de respuesta de la banca de desarrollo multilateral, regional y nacional;
reforma institucional de la arquitectura multilateral de la deuda, incluidas
las agencias de calificación crediticia; y ampliar la caja de herramientas
de instrumentos innovadores para mejorar la capacidad de repago de la deuda y
vincular al crecimiento, la sostenibilidad y la inclusión social.
Finalmente, mencionó las seis propuestas de la CEPAL para conectar la emergencia con la recuperación: acceso a la vacuna, universalizar la vacunación y liberar patentes; extender ingresos de emergencia por 12 meses a población vulnerable equivalentes a una línea de pobreza y garantías a mipymes; una canasta básica digital a 40 millones de hogares; reforma más amplia de la arquitectura financiera internacional (incluyente de todos independiente de su ingreso per cápita); reorientar inversión y financiamiento a acción climática que genere empleo y crecimiento, y pactos políticos, sociales y fiscales y nuevas coaliciones para lograr bienestar y protección social universal.
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