La inclusión de dispositivos electrónicos como el POS,
cuando se iniciaba la democracia a fines de los años 80’s, con pantalla y
teclado para autorizar pagos con tarjetas de crédito y débito, iniciaron un
viaje que aún sigue evolucionando y promete seguir revolucionando los medios de
pago en Chile.
Con la incorporación a mediados del año 2000 de
tarjetas con chip y en los últimos 5 años con tarjetas sin contacto, las
posibilidades son más amplias.
Antes, el método de pago era solo efectivo, hoy las
opciones impulsadas por la tecnología, incluyen billeteras digitales, pulseras
y aplicaciones que ofrecen mayor accesibilidad, seguridad y beneficios para los
clientes y el comercio.
Gracias a las constantes innovaciones tecnológicas, el
sistema de pagos en Chile hoy intenta dar el salto de un modelo de tres partes,
conformado por la interacción entre cuatro actores; hacia uno de cuatro, para
ampliar la oferta que potencie la libre competencia.
El modelo de cuatro partes es un sistema de pago en
que los emisores de tarjetas y el adquirente que procesa el pago y afilia a los
comercios, operan en forma separada. Se trata de cuatro partes donde
interactúan cinco actores: tarjetahabiente con el comercio, comercio con
adquiriente, adquiriente con red de tarjetas y red de tarjetas con banco
emisor.
Con menores costos y más actores, este nuevo esquema
implica el fin al monopolio de Transbank, quien posee la red de adquirencia,
para permitir que se agreguen nuevas opciones que integren y procesen los pagos
en Chile.
Esto supone una serie de oportunidades que
complementan la labor de Transbank, ya que supondrá mejores precios para los
comercios que, hasta hace poco, no tenían muchas opciones. Esta medida permite
tener más competencia y dinamismo en un sistema que no para de cambiar.
Hoy, deben existir unos 600 mil comercios que no
operan con tarjetas, pues implica un gasto por arriendo y transacción. Y muchas
veces no les conviene, sobre todo a los más pequeños donde aún prima el
efectivo.
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Martín Cancelare, Director Comercial de CoasinLogicalis |
Es fundamental seguir desarrollando nuevas tecnologías
que permitan ampliar la oferta de medios de pagos, que dependan cada vez menos
de dispositivos externos. Esto conlleva desafíos de negocios, tecnológicos y de
educación.
Hace una década, diversas publicidades promovían el
uso de tarjetas en cambio hoy, se procesan millones y millones de pesos en
transacciones.
El mundo está migrando hacia lo digital y los medios
de pagos, no son la excepción. Es necesario que la oferta sea flexible y
dinámica, y acepte más rápido los cambios.
A pesar que están de moda las billeteras digitales,
aplicaciones y pulseras, es necesario que la infraestructura que soporte esas
formas de pago esté actualizada y sea segura, en respuesta a la creciente
demanda y competencia que existe en el mercado.
De esta forma, se aprovecha el potencial de
plataformas en la nube, que entregan mayor escalabilidad, seguridad y alta
disponibilidad, a un costo ligado al uso de estas plataformas y no a una enorme
inversión cuyo dimensionamiento no siempre es el más acertado.
Estamos pasando de un modelo donde existía un solo actor, hacia uno donde existirá más competencia. Si la tecnología avanza, las legislaciones y regulaciones también deben hacerlo. Es la única forma de ofrecer mejores servicios, precios y soluciones que aporten valor y diferenciación a los clientes.
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