Esta posición impulsa a Chile para a estar en la
vanguardia de la producción y comercialización del fruto, desde mantener una
calidad elevada de la fruta, incrementar la productividad de sus huertos y
superar los embates generados por el cambio climático.
Sin embargo, no es una tarea fácil ya que se han
identificado desórdenes en el desarrollo de las cerezas, con tres
malformaciones: frutos dobles; con “hijos o espolón” y con la “sutura profunda”
las que tendrían su origen en las altas temperaturas a las que están expuestas
los árboles del huerto.
Esto podría ocasionar problemas para llegar a destinos
distantes como China, el primer comprador de la cereza chilena, ya que las
cerezas necesitan soportar viajes en barcos que se extienden entre 35 a 40
días.
Por esta razón, el grupo de Genómica del Centro de
Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) lleva tres años estudiando el desarrollo
de las yemas florales del cerezo, con especial interés en los procesos de
inducción y organogénesis floral.
El líder del grupo de Genómica del CEAF, Dr. Rubén
Almada, explicó que en la primera etapa del desarrollo reproductivo de los
árboles de cerezo “es fundamental la ‘construcción’ de la calidad de la fruta y
de la productividad de los huertos”.
“Es importante resaltar que la calidad del fruto del
cerezo se comienza a ‘construir’ casi un año antes de la cosecha y por ello es
clave los manejos agronómicos que se realicen en el huerto para disminuir el
impacto de estreses medioambientales en el crecimiento de los árboles de este
frutal”, resaltó Almada.
Entre los problemas que ocasionan estas anomalías, el experto especificó que los frutos “dobles” y frutos con “hijo” pueden no ser cosechados en los huertos, reduciendo la productividad o ser eliminados durante el proceso de selección en las empresas de “packing”, o los frutos con “sutura profunda” podrían reducir el precio en el mercado y disminuir la vida postcosecha de la fruta.
Los experimentos en el CEAF han identificado que
cuando las yemas florales son expuestas a altas temperaturas, en condiciones
semi controladas que emulan una de las consecuencias del cambio climático
global, durante el periodo de inducción y organogénesis floral, se generan
frutos dobles, pero también otras alteraciones de los órganos florales que
reducen la calidad de la flor e impactan negativamente en la viabilidad y
germinación del polen.
“Esto último puede disminuir la tasa de polinización de las flores, la cuaja de los frutos y la productividad del huerto”, precisó Almada.
El grupo de Genómica también está trabajando en la generación de un calendario del desarrollo de yemas florales de diferentes variedades de cerezo, que estará disponible para que los agricultores puedan tomar decisiones de manejo agronómico sobre una base científica, con el fin de que los avances se puedan aplicar en los campos chilenos y tengan un impacto en las producción y comercialización.
Asimismo, adelantó que buscarán implementar ensayos de
campo con las tecnologías novedosas desarrolladas en CEAF para analizar si
éstas son eficientes en disminuir la incidencia de “frutos dobles, con hijo y
sutura profunda”.
“Invitamos a los productores de cerezo que deseen participar en proyectos de I+D que se acerquen a nuestro Centro para diseñar en conjunto estrategias que permitan un mutuo beneficio y mejorar la calidad de la cereza producida en la zona Central de Chile”, concluye Almada.
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