Por estos días la región de Aysén se transforma en el
foco de atención del mercado de la cerveza artesanal ya que, gracias al trabajo
de hace 8 meses de un grupo de expertos, se estudia la composición química
nutricional de los residuos que deja los tres ingredientes básicos del brebaje:
la cebada, el lúpulo y dos tipos de levaduras.
Lo anterior, con el fin de crear insumos para ganado
ovino y bovino local que fomenten la ganancia de peso y condición corporal de
los animales.
La innovación en cuestión corresponde a un proyecto
apoyado por la Fundación para la Innovación (FIA) con ejecución de INIA Tamel
Aike y a modo de asociado la empresa de cerveza artesanal D’olbek junto con
agricultores y ganaderos de la zona.
José Daza, coordinador principal del proyecto y
profesional de INIA Tamel Aike, sostuvo que el proyecto lleva 8 meses en
ejecución y el trabajo consiste, como primera parte, evaluar los residuos de
levaduras como aditivos comerciales en la conservación de forraje.
Proceso que se realizó en microsilos de 1 kg
aproximadamente, probando forrajes en tres formas: sin ningún producto;
otro, con cada tipo de levadura (lager y ale) y, el tercero, con dos aditivos
comerciales.
Se ha descrito que las levaduras tienen altos
contenidos de carbohidratos y potenciales para mejorar fermentaciones
ácido-lácticas, por ello quisimos probar este residuo como aditivos, evaluación
que no ha sido descrita anteriormente.
Además, se está validando la inclusión del orujo de
cebada en alimentación de vaquillas de 270 kg de peso vivo con 6,4 de orujo
fresco y los animales han tenido una respuesta de consumo del 100%.
Este residuo se caracteriza por contener altos niveles
de humedad y energía, además es el de menor volumen que se produce en la
cervecería, por lo tanto, aún falta información para poder convertirlo en un
subproducto para alimentación animal”, dijo Daza.
En esa línea, la directora ejecutiva FIA, Francine
Brossard, sostuvo que “en este proyecto encontramos un aporte a la
sustentabilidad una nueva forma de desarrollar economía circular en el sector
agroalimentario, mediante la utilización de sus residuos, se potencia y agrega
valor a la industria cervecera, la cual utiliza sus insumos principalmente de
la agricultura, que ahora irán en apoyo a la nutrición de la producción de
ganado bovino y ovino para mejorando sus índices productivos como ganancia de
peso a través de esta mejora nutricional en su alimentación. Además, no generas
residuos al ambiente”.
La región de Aysén, según Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), cuenta con aproximadamente una superficie de 639.000 ha de praderas, donde se manejan más de 300 mil cabezas de ganado entre bovino y ovinos.
El generar subproductos para el mejoramiento de alimentación
ganadera con residuos de cervecería, beneficiaría a los ganaderos que
implementen suplementación invernal.
Con ello, la producción de residuo de orujo de cebada
de D’olbek podrían nutrir alrededor de 1.500 unidades animales (U.A) de 500 kg
de peso vivo, por un periodo de 60 días. Por otro lado, un aditivo en base a
residuos de levaduras ayudaría a todos los productores que conservan forraje
durante la temporada primavera-verano.
La propuesta surge como una oportunidad ya que los sistemas ganaderos regionales (1.924 predios) dependen de praderas que presentan crecimientos nulos durante invierno, época en la cual la única alternativa es suplir con forrajes conservados cosechados en primavera-verano.
Sin embargo, en la región estos comestibles contienen bajos niveles de nutrientes, por lo tanto, los productores utilizan insumos externos para mejorar las dietas animales elevando los costos productivos.
Charlie de Smet D’olbek, fundador de cervecería
D’olbek enfatizó que, desde sus inicios, la empresa ha puesto los residuos
orgánicos de su producción a disposición de pequeños ganaderos en la Patagonia
de Aysén, como en general lo hacemos todos los cerveceros, pero lo interesante
de este proyecto, es que busca multiplicar y maximizar ese beneficio hacia más
personas de la comunidad, al tiempo que genera conocimiento y empuja hacia una
economía más sostenible. Todas cuestiones que están en el centro del negocio
cervecero de hoy”.
“Este tipo de iniciativas que buscan beneficio social, son a la vez las que mayor valor le agregan a un producto. Los cerveceros tenemos aquí una gran ventaja, que estoy seguro sabremos aprovechar, cerró Charlie de Smet D’olbek.
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