Esta situación se ha manifestado como una verdadera amenaza para la producción de vino en el país, cuyos efectos podrían sentirse durante el año 2024.
A pesar de estos desafíos, el SAG continúa su esfuerzo de recopilación de datos a través de declaraciones electrónicas para elaborar informes precisos sobre la industria vinícola.
En la región del Maule, una de las más afectadas por estos fenómenos, se estima que hasta 10.000 hectáreas de viñedos han resultado devastadas. “Para los productores vitivinícolas que dependen de uvas de alta calidad en las zonas afectadas, la situación se torna especialmente desafiante.
La uva, siendo una fruta delicada, requiere un equilibrio específico de agua y nutrientes en sus diversas etapas de maduración. El exceso de agua en las raíces puede ocasionar trastornos en el desarrollo de la planta, traduciéndose en una disminución de la calidad de los racimos”, explica Andrés Dougnac, especialista en vinos y viñedos de Ewine.cl
La intensidad de las lluvias, en algunos
casos acompañada de granizo, también ha infligido daños a los cultivos. Esto
podría resultar en una notable disminución en la cantidad de uva recolectada
este año. Datos preliminares indican que algunos viñedos podrían enfrentar
pérdidas de entre un 30%
y un 50% de su producción estimada.
Además de las consecuencias sobre la cantidad, es posible anticipar que los precios del vino podrían aumentar debido a la menor oferta. Estos aumentos podrían acompañarse de modificaciones en la calidad del vino, ya que las inundaciones también tienen el potencial de afectar la integridad de las uvas.
El sector frutícola también ha sentido los estragos de estas inundaciones. Jorge Valenzuela, presidente de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta), ha estimado una pérdida inicial en inversión frutícola de al menos 400 millones de dólares El Ministro de Agricultura Esteban Valenzuela, cifró en 900 millones de dólares las pérdidas por el impacto del sistema frontal que atravesó -hace poco más de una semana- la zona centro sur del país, debido a los daños ocasionados por el sistema frontal.La estimación, considera las áreas
afectadas en las regiones de O’Higgins y Biobío, y se enfoca en cultivos como
cerezas, arándanos y avellanos europeos. A medida que se recopile más
información sobre los daños, es posible que esta cifra incremente, ya que aún
no se ha determinado la magnitud de las pérdidas en otros cultivos como carozos
y uvas de mesa.
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