Cuando se les preguntó a los
latinoamericanos qué esperaban de un banco que dice ser sostenible, el 43 % en
toda la región dijo que tener claridad sobre la política de inversión del banco
era crítica, más que cualquier otro elemento.
Los chilenos encuestados fueron parte
clave de la tendencia y más del 45 % reforzó la importancia de este ítem. Así
como también, de ser este el factor preponderante en las afirmaciones de
sostenibilidad de un banco, el 81 % de los encuestados de la región señaló que
los bancos deberían informar sobre cómo utilizan sus fondos de depósito.
No obstante, solo el 28 % de ellos percibe
que sus bancos han proporcionado una información clara acerca de su inversión,
mientras que un 9 % tiene la sensación de que los bancos comparten esta
información oculta en numerosas fuentes de texto.
De acuerdo con la afirmación anteriormente
mencionada, un 43 % de los chilenos consultados declara no tener conocimiento
al respecto de la interna que maneja su entidad financiera, y le gustaría,
además, tener algún tipo de poder en la decisión sobre las inversiones que
realiza su banco.
A esto se suma un 23 % que manifiesta
recibir información parcial, por lo que, reconocen que la transparencia deja
mucho que desear en esta materia.
“Este estudio muestra claramente que hay
una gran brecha entre las expectativas de transparencia que tienen los
clientes, y cómo los bancos realmente les están comunicando”, comenta Patrick
O’Neill, socio gerente de Sherlock Comunicaciones.
Cuando se trata de qué deberían incluir
las políticas de inversión de un banco, los latinoamericanos manifestaron un
fuerte apoyo a políticas que impidan a las entidades financieras otorgar
créditos a empresas con impactos sociales y ambientales negativos: El 83 % de
los encuestados dijo que “las empresas que no tratan a las personas y el medio
ambiente con respeto y dignidad, no deberían tener acceso a créditos”, mismo
porcentaje (83 %) estuvo de acuerdo en que “las empresas que no respetan el
planeta, su clima, flora y fauna” tampoco deberían ser aptas.
Además, un 74 % de los ciudadanos declaró
que “bloquear el crédito es una excelente forma de exigir un mejor
comportamiento y compromiso por parte de las empresas, instituciones y
organizaciones”.
Las cifras mencionadas y publicadas en el
informe de Sherlock Comms, se ven directamente reflejadas en los intereses
directos y con prioridad de los clientes, puesto que la gran mayoría de los
latinos consultados estaría dispuesto a cambiarse de institución si supiera que
están vinculadas al crimen organizado (80 %), desastres ambientales (79 %) y
trabajo infantil (78 %). De igual medida, un porcentaje importante consideraría
cambiarse de banco, si tuvieran algún nexo con algunas industrias tradicionales
con malas prácticas.
Es el caso de Chile, en donde los sectores
más cuestionados son: Industria armamentística (69 %), Compañías Petroleras (52
%), Deforestación (73 %) y por último, un 64 % estaría dispuesto a cambiarse si
su banco invirtiera en la industria de plásticos desechables.
Según Pedro Gerhardt, Gerente de la
consultora para la sostenibilidad, Kaapora Finance y autor de ‘Finanzas Verdes:
Guía de América Latina para las finanzas sostenibles’ “una proporción
significativa de latinoamericanos, opina que sus bancos deberían utilizar sus
políticas de inversión para generar un cambio en el comportamiento de las
empresas, no solo aquellas que claramente operan al límite de la ilegalidad,
sino también las que están activas en industrias con un impacto ambiental
negativo”.
En ese sentido, el panorama es auspicioso
para los bancos que están adoptando y comunicando políticas de inversión
alineadas a criterios ASG, ya que podrían beneficiarse de nuevos clientes,
cuentas y flujos de depósitos.
Un 62 % de los chilenos que contestaron
prefiere que su dinero lo administre una institución que invierte en
sostenibilidad e impacto social, el 81 % concuerda en que las entidades
financieras deberían dar a conocer sus esfuerzos en la lucha contra el cambio
climático y un 71 %, se cambiaría si conociera una entidad con premios y sellos
de sostenibilidad.
Solo el 12 % de los encuestados dijo no
estar interesado en transferir su cuenta a un banco con prácticas de
sostenibilidad más sólidas.
“La movilidad de cuentas ha aumentado en
América Latina en los últimos años, impulsada por las fintechs e innovaciones
enfocadas por la regulación en torno a la banca abierta y las oficinas de
crédito positivas.
A lo que también, agrega que, “con la creciente deserción de clientes en toda la industria bancaria, el potencial de ventaja competitiva proveniente de las finanzas sostenibles solo será un punto que con el tiempo se vuelva más importante. Aquellos bancos que no abracen este desafío tendrán dificultades para mantener sus bases de financiamiento de depósitos”.
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