En Chile, el sueño de la casa propia se ha vuelto más difícil debido al alza sostenida de los precios de las viviendas, muy por encima de los salarios, y al reciente aumento en las tasas de interés hipotecarias.
Además, la escasez de oferta y la alta demanda
complican aún más la búsqueda de una vivienda adecuada.
Para Katherin C., de 34 años, técnico en trabajo social, comprar una casa propia se convirtió en una batalla cuesta arriba.
Con un subsidio habitacional en la mano, recorrió bancos,
presentó documentos, complementó renta con su madre y, aun así, recibió una
respuesta que se repetía como un eco: “No calificas”.
Dos años de trámites, puertas
cerradas y falsas esperanzas la llevaron al borde de la resignación. “Ya estaba
lista para devolver el subsidio. Pensé: ‘Si no pasó en dos años, no pasará en
uno’”, recuerda. La frustración crecía con cada intento fallido en tres bancos
tradicionales y una cooperativa.
Pero cuando todo parecía
perdido, un consejo cambió su historia. Una ejecutiva inmobiliaria le habló de
las mutuarias y le recomendó Creditú. En solo dos días tenía aprobado su
crédito hipotecario. En una semana, ya estaba eligiendo su casa. En dos, todo
estaba listo.
“Pensé que era una broma, que
alguien me estaba tomando el pelo”, admite. “Después de tanto tiempo, de tantos
‘no’, de tantos papeles que se acumulaban sin respuesta, no podía creer que por
fin había encontrado una solución”.
Hoy, Katherin vive en su casa
en Labranza, Temuco. Pasó de la incertidumbre a la emoción de abrir la puerta
de su primer hogar. Con un subsidio de 20 millones y un crédito hipotecario de
52 millones a 28 años, logró lo que parecía imposible.
Creditú: Más que una mutuaria,
una Fintech que simplifica el acceso a la vivienda
Creditú no es solo una
mutuaria, es una Fintech que está transformando la forma en que las personas
acceden a financiamiento hipotecario. Con procesos ágiles y tecnología
innovadora, permite a más personas acceder a créditos de manera rápida y
eficiente, mejorando la experiencia de quienes buscan cumplir el sueño de la
casa propia.
“Es mi hogar, mi
independencia. No le debo nada a nadie. Es un sueño cumplido”, dice con orgullo
Katherin.
Para quienes están en la misma situación en la que ella estuvo, su mensaje es claro: “No se rindan. Los bancos no son la única opción. Yo no sabía que existían las mutuarias como Creditú, y esto me cambió la vida. Si no hubiera tomado esta oportunidad, hoy no estaría aquí”.
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