Los índices de educación
financiera fueron sometidos a una profunda evaluación en la “Radiografía a la
Educación e Inclusión Financiera en Chile”.
El estudio fue elaborado por
el Centro de Políticas Públicas UC, con el apoyo de Banco Falabella, revelando
el nivel de conocimientos financieros de la población, los índices de inclusión
y el uso de canales digitales a nivel país, entre otras temáticas.
Basado en 1.502 encuestas a
nivel nacional, el informe evidenció una brecha entre la autoevaluación y el
desempeño real: mientras las personas se califican con un 3 en una escala de 0
a 5, el puntaje efectivo es de solo 1,6. También, concluyó que los niveles de
inclusión financiera se encuentran altamente determinados por el sexo, la edad
y el nivel socioeconómico de las personas.
El índice de educación
financiera promedio (en escala de 0 a 100) en general es bajo y desigual:
alcanza un total de 35,9%. A su vez, solo el 20% de las personas demostró
entender el funcionamiento de las tasas de interés. En esta línea, se
evidenciaron brechas en género y nivel socioeconómico, alcanzando una
diferencia de 16 puntos entre hombres y mujeres y de 31 puntos entre NSE alto y
bajo.
En cuanto a las fuentes de
información para aprender de estos temas, un 42% de los encuestados responde
“experiencia personal”; un 18% “amigos, familia o compañeros de trabajo”; un
17% “páginas web o redes sociales”; y solo un 10% “educación formal”.
Por otra parte, la encuesta
dio cuenta que,
a mayor alfabetización, mejores hábitos de administración del dinero. Es así
como dentro del grupo de alfabetización alta, un 61% cumple con su presupuesto,
mientras que en el segmento de alfabetización baja la cifra llega solo a un
26%. Dentro de los primeros, 63% ahorra de manera voluntaria vs. 35% registrado
en el segundo grupo.
A su vez, quienes tienen mayor
alfabetización financiera, acceden al triple de productos: 8,1 productos
promedio. En tanto, quienes tienen la más baja alfabetización llegan a 2,8.
A nivel de inclusión, se
exhibe que hay un alto uso de productos financieros, concentrado en cuentas
vista (93%), cuenta corriente (36%), tarjetas de crédito comercial (34%) y
tarjetas de crédito bancaria (32%). Mientras, la inversión en fondos mutuos (11%)
e inversiones en acciones (6%) es acotada.
En cuanto a inclusión
financiera digital, el promedio total es de 51,4%, revelándose que los adultos
de 55 años y más, y personas de NSE bajo quedan más rezagados, con un 42,9% y
46,3%, respectivamente.
Durante la presentación de
este índice, se expuso que entre los factores críticos destacan el acceso
limitado a educación financiera formal, las bajas habilidades prácticas y la
falta de políticas públicas e iniciativas sectoriales implementadas de forma
sistémica.
Para Maia Hojman, gerente
general de Banco Falabella, el “objetivo fue poner en perspectiva los desafíos,
teniendo una radiografía actual de los niveles de alfabetización e inclusión
financiera en el país e identificar a los grupos más rezagados.
La educación financiera es una herramienta que
abre oportunidades, por lo que la invitación es a transformar este diagnóstico
en acción, para que todos los sectores trabajemos juntos y así más personas
cuenten con las herramientas para gestionar sus finanzas de manera informada,
aportando a su bienestar financiero”.
Para Francisco Gallego,
prorrector de Gestión Institucional de la UC, fortalecer la educación
financiera es “un tema de primer orden para diversas esferas de la vida
económica y social. Este estudio presenta evidencia muy interesante de que
existe una gran brecha entre lo que las personas creen saber y lo que
efectivamente saben en términos financieros.
Una consecuencia importante es
que esa “sobreconfianza” puede afectar la toma de decisiones que ex post
parecen equivocadas, por ejemplo, respecto de la administración del
presupuesto, del ahorro, o de la cantidad y calidad de productos financieros
que se utilizan. Un grupo especialmente preocupante es el de las personas
mayores, lo que se exacerba aún más cuando existen brechas digitales.
Entonces, es necesario
diseñar, pilotear e implementar a escala masiva políticas y programas que
combinen conocimiento técnico, habilidades prácticas y un acceso equitativo a
la inclusión financiera, para que estas capacidades estén presentes en todos los
grupos sociales, sin importar su género, edad o nivel socioeconómico”.
Tras el lanzamiento del
estudio, se abordaron los desafíos en un panel integrado por Solange Bernstein,
presidenta de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF); Luis Opazo, gerente
general de la Asociación de Bancos (ABIF); y Claudio Ortiz, presidente
ejecutivo de la Asociación del Retail Financiero, quienes coincidieron en la
necesidad de articular esfuerzos entre el sector público, privado y académico.
El estudio, además, propone
simplificar el lenguaje y la presentación de la información, fortalecer la
educación práctica sobre derechos y deberes e impulsar una digitalización
financiera inclusiva, con productos diseñados desde la experiencia del usuario.
Ficha técnica:
El estudio se realizó entre el 04 y 12 de diciembre de 2024 a partir de 1.502 entrevistas telefónicas realizadas a personas mayores de 18 años de distintas zonas del país. Tiene un nivel de confianza de 95% y error muestral de +-2%.

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