“Cada año vemos temperaturas
más altas, mares más agresivos y fenómenos meteorológicos que suscitan
emergencias complejas. La sustentabilidad, por ende, es una obligación que
busca mantenernos a largo plazo sin agotar los recursos disponibles”, detalla Víctor
Toscanini, gerente de tecnología e ingeniería para Chile, Argentina,
Paraguay y Uruguay en Cisco.
En el ámbito empresarial, una
de las acciones concretas que se realiza es la reducción de las emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a los viajes de negocios, mediante
tecnologías de colaboración para el teletrabajo y las reuniones virtuales.
“Estas tecnologías también impactan en las emisiones asociadas a los
desplazamientos, al permitir que más personas trabajen desde casa. Minimizar la
huella de carbono corporativa, por lo tanto, es también utilizar correctamente
los escasos recursos del planeta”, recalca Toscanini.
Ahora bien, la eficiencia no
se limita a reducir las emisiones de GEI generadas por las reuniones
corporativas. Cisco, cuyo objetivo es alcanzar cero emisiones netas de GEI en
toda su cadena de valor para 2040, también se esfuerza por mejorar la eficiencia
del ciclo de vida de sus productos.
“Por ejemplo, el 52% del plástico de la línea de productos de dispositivos de colaboración de Cisco es plástico reciclado posconsumo (PCR), sustituyendo el uso de 154 toneladas de plástico virgen por plástico extraído del flujo de residuos, una cantidad de plástico equivalente a 7 millones de patitos de goma al año”, menciona Toscanini.
Oficinas más verdes
Otro de los ejemplos son los
teléfonos con certificación ENERGY STAR®, los cuales están diseñados para
consumir cantidades mínimas de metales, por lo que incluso los modelos de gama
alta de la serie pesan solo alrededor de un kilogramo.
Un peso inferior implica un
menor consumo de energía para el envío de los teléfonos a granel, lo que reduce
los costos de la cadena de suministro y las emisiones.
“Además de utilizar menos
materiales en su fabricación, los dispositivos de oficina están siendo
diseñados para consumir menos energía durante todo su ciclo de vida.
Reducir el consumo de energía
en modo de espera puede no parecer gran cosa, pero todos los dispositivos que
actualmente se encuentran en modo de suspensión en todo el mundo representan el
1% de las emisiones globales de carbono. Por lo tanto, tiene un efecto
multiplicador”, aclara Toscanini.
Si se utiliza menos energía en
el modo de suspensión, significa menos calor y, por lo tanto, no es necesario
enfriar tanto los edificios. Pero el verdadero premio para la sostenibilidad de
las oficinas reside en amplificar estos efectos multiplicadores con tecnología
digital.
Los sistemas de edificios
inteligentes pueden determinar si un área de trabajo está en uso y, de no ser
así, apagar automáticamente la iluminación y la calefacción, lo que podría
suponer un ahorro energético considerable.
“En ese sentido, un sistema de gestión de edificios digitales con inteligencia
artificial puede ayudar a reducir las emisiones de HVAC hasta en un 40%, al
tiempo que reduce en un 25% los costos operativos”, recalca Toscanini.
En palabras del ejecutivo, la
transición a la energía limpia (emisiones netas de gases de efecto invernadero
cero para 2040); la evolución hacia un modelo regenerativo y circular; y la
inversión en ecosistemas resilientes, basan el desarrollo de sus productos y
soluciones para centros de datos, edificios inteligentes, Internet para el
futuro y soluciones industriales más eficientes energéticamente.
Desde los materiales de construcción hasta las tecnologías de oficina, hoy existe un creciente interés en opciones que reduzcan los desechos y las emisiones.
La sostenibilidad es un factor cada vez más importante en el diseño de los espacios y las empresas lo están aplicando.
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