El programa se llevó a cabo de forma
remota, en conjunto con el Banco Mundial, organismo que lidera la “Evaluación
del Sector Financiero” (Financial Sector Assessment, FSA) desde una perspectiva
de Desarrollo de Mercados.
Chile se sometió de manera voluntaria a esta revisión, solicitada a través del
Banco Central de Chile (BCCh) y del Ministerio de Hacienda. Es la tercera
evaluación que se realiza bajo el programa FSAP.
La primera se llevó a cabo en 2004, y sus
recomendaciones dieron respaldo a una importante agenda regulatoria del sistema
financiero local. En 2011 fue actualizada, y este año Chile fue uno de los seis
países que la llevaron a cabo, junto a Reino Unido, Sudáfrica, Filipinas,
Georgia y Hong Kong.
El diagnóstico de los evaluadores, plasmado en el FSSA, da cuenta de un sistema
financiero profundo, con marcos regulatorios y de supervisión sólidos, y bancos
suficientemente capitalizados. Asimismo, destaca que la importante
reorganización de las autoridades regulatorias financieras ha concluido, y que
la implementación de Basilea III comienza en diciembre de 2021. En dicha
transición, recomiendan que los bancos se mantengan resilientes.
En otro ámbito, reconocen que la respuesta de las autoridades económicas frente
a los eventos ocurridos a fines de 2019 y durante 2020, fue contundente y bien
coordinada. La complementariedad de las políticas fiscal, financiera y
monetaria, incluyendo el resguardo de la estabilidad financiera a través de un
apoyo a la liquidez sin precedente por parte de BCCh, dan cuenta de la
capacidad de adaptación del sistema financiero chileno, según se consigna en el
reporte.
Las recomendaciones formuladas apuntan a cerrar brechas considerando mejores
prácticas internacionales que abarcan aspectos relacionados con diversos
actores del mercado financiero.
Asimismo, proponen avanzar en temas transversales, como potenciar el manejo de
crisis y la coordinación entre autoridades y definir el marco para el uso de
herramientas macroprudenciales, siguiendo estándares internacionales.
En este sentido, el FMI releva el rol del
Consejo de Estabilidad Financiera en el cual el BCCh asiste como asesor
invitado permanente. También sugiere avanzar en mecanismos de resolución
bancaria y en crear un esquema de protección a los depósitos (DPS, por sus
siglas en inglés).
Este último ya ha sido estudiado en Chile
como se consigna en los Informes de Estabilidad Financiera de 2018.
Una selección de las recomendaciones en las cuales el rol de BCCh es más
directo, incluye mejorar la administración de liquidez sistémica, acotando la
toma de riesgo por parte del Instituto Emisor.
Así, se propone finalizar el diseño de un
marco específico, denominado Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA, por sus
siglas en inglés), basado en la regulación existente. Por otra parte, se
recomienda desarrollar un mercado REPO -venta de activos financieros con
acuerdo de recompra posterior-, de forma tal que éste sea la primera línea de
contención ante un shock de liquidez sistémico.
Las entidades sujeto de esta evaluación avanzarán en la concreción de las
recomendaciones de acuerdo con las respectivas atribuciones legales. De
esta forma, se potenciará la agenda de reformas ya en curso, con el fin de
fortalecer la profundidad y resiliencia del mercado de capitales chileno, las
que serán especialmente relevantes para las autoridades de los poderes Ejecutivo
y Legislativo que asumirán en marzo de 2022.
El segundo reporte enfocado en el diagnóstico y recomendaciones para el
Desarrollo del Mercado Financiero (FSA) será publicado por el Banco Mundial
durante 2022, debido a que las condiciones sanitarias impidieron abordar los
componentes del FSAP de forma simultánea.
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