El Banco Central de Chile publicó ayer el Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre de 2022.
En él, destaca que la
economía chilena continúa su proceso de ajuste tras los importantes desequilibrios
que acumuló durante 2021. En línea con lo previsto, la inflación ha retrocedido
levemente en los últimos meses, aunque todavía permanece en niveles altos.
Los
factores de demanda han ido en retirada, en línea con el ajuste macroeconómico
y del consumo. A su vez, los factores de costos que cobraron mayor fuerza en
los últimos trimestres han comenzado a aliviarse, aunque persisten en niveles
elevados.
Las
proyecciones de este IPoM indican que, en el escenario central, la inflación
total seguirá reduciéndose en los próximos trimestres, y convergerá a la meta
de 3% en la segunda mitad de 2024. La inflación subyacente tendrá una reducción
algo más lenta, llegando a 3% hacia fines de 2024.
El
IPoM prevé una inflación anual de 12,3% (12% en septiembre) para fines de este
año. Para 2023, se proyecta que la inflación total promediará 6,6%, terminando
el año en 3,7% (6,1 y 3,3%, respectivamente, en septiembre). Esta revisión
considera la sorpresa acumulada en los últimos meses y un tipo de cambio real
(TCR) que descenderá más lentamente a lo largo del horizonte de proyección.
En
cuanto a la actividad local, el documento señala que la economía tendrá varios
trimestres de contracción. Con esto, la brecha de actividad se tornará negativa
hacia inicios de 2023, manteniéndose en esos valores hasta fines del horizonte
de política, lo que es necesario para la convergencia de la inflación a la
meta.
En
el escenario central, el PIB crecerá 2,4% en 2022, caerá entre -1,75 y -0,75%
en 2023 y aumentará entre 2 y 3% en 2024. La revisión al alza para 2022
responde a datos efectivos, mientras que el grueso de la corrección a la baja
para 2023 y 2024 responde al nuevo supuesto para el crecimiento tendencial.
La
proyección incluida en este Informe sigue considerando que el consumo y la
inversión tendrán tasas de variación negativas en 2023. Esto refleja un mercado
laboral que ha perdido fuerza, expectativas de hogares y empresas en niveles
pesimistas, un tipo de cambio real elevado y condiciones financieras más
restrictivas para todo tipo de créditos. Por el lado fiscal, considera un gasto
acorde con el prepuesto aprobado para 2023, que sigue una senda de
consolidación para los años siguientes.
El
déficit de la cuenta corriente, señala el texto, descenderá en los próximos
trimestres, en un contexto en que la economía irá retomando el equilibrio entre
ahorro e inversión. También colaborará la reducción de los altos costos de
transporte. En el escenario central, la cuenta corriente cerrará 2022 con un
déficit de 8,7% del PIB, cifra que descenderá a 4,9 y 4,1% en 2023 y 2024,
respectivamente.
Revisión
de Parámetros Estructurales
En
este Informe, el Banco Central actualizó el cálculo de los parámetros
estructurales de la economía chilena, utilizado para sus proyecciones de
mediano plazo.
En
línea con la proyección de junio de 2021, se estima que el crecimiento
tendencial del PIB no minero seguirá reduciéndose a lo largo del período
2023-2032. En los años más próximos, dicha tendencia se relaciona con que
variables como las horas trabajadas y la tasa de participación ya hicieron gran
parte de su recuperación tras el shock de inicios de la pandemia.
Por
ello, en adelante ya no contribuirán con tanta relevancia al crecimiento
tendencial. Hacia el fin del período, toma mayor importancia la convergencia de
las horas trabajadas al promedio de la OCDE, lo que irá reduciendo la
contribución del factor trabajo.
En
el IPoM se sigue estimando un bajo crecimiento de la productividad total de
factores, que se sustenta en la consolidación de una tendencia decreciente de
la misma. Con todo, para el período 2023-2032, el crecimiento tendencial del
PIB no minero promediará 2,2%.
La
Tasa de Política Monetaria Neutral se estima en 3,75%, con un rango entre 3,5 y
4% (+25pb respecto de la estimación anterior). Esta alza es coherente con la
reciente reversión de las tasas neutrales en otras economías, que alteró la
tendencia a la baja que mostraban las tasas a nivel global.
Inversión
Las
perspectivas para la inversión siguen siendo débiles, concluye el Informe de
Política Monetaria. El último catastro de la Corporación de Bienes de Capital
muestra montos de inversión a la baja durante el período 2022 – 2025. Al mismo
tiempo, las expectativas de las empresas siguen en valores pesimistas. Destaca
también el bajo dinamismo del sector inmobiliario. En todo caso, las tasas de
interés de largo plazo y los niveles de incertidumbre local se han reducido en
los últimos meses, lo que podría ayudar algo en el comportamiento de la
inversión en adelante.
Impulso
externo
El
impulso externo que recibirá la economía chilena se reduce respecto de lo
previsto en septiembre.
En
un contexto de mayor contractividad de la política monetaria en las economías
desarrolladas, las perspectivas de crecimiento mundial se han vuelto a
deteriorar. En el escenario central, acorde con lo previsto por el consenso de
mercado, se prevé que EE.UU., y la Eurozona enfrenten
una recesión en 2023.
Con esto, los socios comerciales chilenos crecerán 2,1% el próximo año (2,6% en septiembre).
En los precios de las materias primas sigue previéndose una
trayectoria a la baja respecto de sus niveles actuales. Para el cobre se
anticipan precios promedio de US$3,55 y 3,45 para los próximos dos años,
mientras que para el petróleo se prevén valores en torno a US$80 en el mismo
lapso.
El
IPoM indica que, en América Latina, la mayoría de los bancos centrales ha
seguido aumentando sus tasas de interés. Chile y Brasil han sido la excepción.
En general, las expectativas de mercado apuntan a que los ciclos de alzas de
tasas están próximos a culminar en un grupo importante de economías emergentes.
Además,
en varias de ellas se prevén recortes durante 2023, particularmente aquellas
que comenzaron más temprano a aumentar tasas. En este contexto, los mercados
financieros globales siguen mostrando una elevada volatilidad.
Política
monetaria
Respecto
de la política monetaria, el IPoM destaca que la política monetaria ha hecho un
ajuste significativo y está propiciando la resolución de los desequilibrios
presentes en la economía.
El
documento señala que la inflación sigue siendo muy elevada y la convergencia a
la meta de 3% aún está sujeta a riesgos. En este contexto, se indica que el
Consejo mantendrá la TPM en 11,25% hasta que el estado de la macroeconomía
indique que dicho proceso se ha consolidado.
El
IPoM también presenta el corredor para la TPM, donde destaca que sus bordes
reflejan escenarios donde la velocidad del proceso de convergencia
inflacionaria da paso a ajustes más tempranos o más tardíos de la tasa respecto
de lo considerado en el escenario central.
Un
factor relevante es la evaluación de la persistencia inflacionaria, ya sea por
la magnitud y signo de nuevas sorpresas en la inflación o por el grado de
ajuste de las expectativas. Escenarios donde estas variables denoten una menor
(mayor) persistencia inflacionaria podrían llevar a un proceso de reducción de
la TPM más adelantado (tardío) que lo previsto.
Otro
factor de relevancia será la velocidad de ajuste de la economía, donde existen
escenarios tanto de un ajuste más lento como más rápido. En esos casos, la TPM
también reaccionaría con una temporalidad distinta.
Balance
de Riesgos
En cuanto a los riesgos, el documento señala que el escenario externo se ha transformado en una fuente importante de preocupación, y no es posible descartar eventos que lleven a una disrupción relevante de las condiciones financieras y un deterioro abrupto del impulso externo.
En
este caso, los efectos inflacionarios de corto plazo podrían ser importantes
—por la apreciación global del dólar—, aunque mitigados en el mediano plazo por
los impactos sobre el crecimiento. Por otra parte, medidas que impidan el
ajuste previsto del gasto, y den un nuevo impulso a la inflación, darían paso a
aumentos de la TPM para asegurar la convergencia a la meta.
La
economía chilena se encuentra en un proceso de resolución de los desequilibrios
macroeconómicos y tiene la tarea, de recomponer las holguras que la han
permitido mitigar los impactos de shocks externos en el pasado.
Por
lo mismo, es particularmente relevante que todas las políticas económicas
apunten en la misma dirección, y se prioricen aquellas orientadas a favorecer
el ahorro.
La capacidad de la economía de realizar un ajuste breve, ordenado y con el menor costo posible depende críticamente de la coherencia de las decisiones de los distintos actores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario