Por Cristián Martínez,
fundador de Crece Inmobiliario,
Ingeniero Comercial, Magister en Administración de Empresas de IEDE y Master de
Administración de Empresas en la Universidad de LLeida
La reciente noticia de una
inversión de USD$50 millones por parte de la inmobiliaria Norte Verde en
Santiago Centro llamó la atención de todo el mercado. Y es que es, sin lugar a
dudas, una fuerte declaración de principios en el ecosistema inmobiliario, frente
a los complejos años que ha experimentado el corazón de la capital.
Esta apuesta no es casual. La
decisión de Norte Verde de desarrollar dos nuevos proyectos en Avenida Santa
Rosa refleja una lectura estratégica del mercado que va más allá de la
coyuntura actual, con un mix entre departamentos y locales comerciales, es una
visión de largo plazo sobre el potencial de esta zona.
Muchos se preguntan por qué el
centro de Santiago sigue siendo un imán de inversiones y la respuesta es muy
clara. La comuna concentra prácticamente el 50% de los proyectos de la Región
Metropolitana, una estadística que no sorprende cuando analizamos sus ventajas
competitivas.
Primero, la ubicación
estratégica, que permite a sus residentes estar equidistantes de cualquier
punto de la capital. Asimismo, la concentración de servicios públicos,
hospitales y entidades financieras, ayudan a generar un ecosistema único que
ninguna otra comuna puede replicar.
La inversión de Norte Verde,
que se suma a sus más de 15 proyectos en desarrollo en la zona, es una señal
clara de confianza en el potencial de Santiago Centro. Este tipo de iniciativas
no solo aporta nuevas unidades habitacionales al mercado, sino que contribuye a
la revitalización integral del sector, atrayendo nuevos servicios y mejorando
la calidad de vida de sus habitantes.
No obstante, el éxito de estas
inversiones no depende exclusivamente del sector privado. El cambio en la
administración comunal representa una oportunidad única para repensar el
desarrollo de Santiago Centro. Acá, la clave está en establecer un marco regulatorio
claro y eficiente en términos de “permisología”, junto con un compromiso
real de cumplimiento de los acuerdos establecidos.
El desafío actual va más allá
de construir edificios, puesto que se trata de recuperar el alma de una comuna
que históricamente ha sido el centro neurálgico de la capital. Para lograr este
cometido, es fundamental abordar temas críticos como la seguridad y el control
del comercio ambulante.
Pero también es fundamental pensar en el desarrollo integral de la zona, como, por ejemplo, el fortalecer la presencia de instituciones educativas de prestigio, como los tradicionales colegios emblemáticos, los que antaño hacían un factor diferenciador dentro de la comuna.
El "downtown" de Santiago sigue siendo una apuesta segura y rentable.
La clave del éxito estará en la capacidad de todos los actores involucrados -sector privado, autoridades y comunidad- para trabajar coordinadamente en la recuperación de esta zona estratégica.
Solo así podremos devolver a Santiago Centro el protagonismo que merece como corazón de nuestra capital y. también, como polo de inversión inmobiliaria.
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