Por Cristián Martínez,
fundador de Crece Inmobiliario, Ingeniero Comercial, Magister en
Administración de Empresas de IEDE y Master de Administración de Empresas en la
Universidad de LLeida
Durante este período del año
miles de contribuyentes reciben su devolución de impuestos tras haber realizado
sus declaraciones correspondientes en el Servicio de Impuestos Internos,
escenario en el que muchos reciben un dinero extra para libre disposición, el
cual es utilizado para arreglar el hogar, pagar alguna deuda, o para comprar
eso que desde hace mucho se viene cotizando y que, con ese monto, se puede
hacer realidad.
No obstante, la invitación es
a pensar la devolución como una oportunidad única para construir patrimonio, si
es que se maneja estratégicamente, en especial si el monto a recibir es
considerable.
Para esto, el primer consejo,
y quizás el más importante, es pensar este dinero como un ingreso adicional y
no como parte de tu flujo habitual (sueldo o remuneración). Este enfoque es
importante para transformar cualquier beneficio monetario puntual, en una
inversión que genere rendimientos a largo plazo.
Al momento de invertir, es
fundamental identificar tu perfil de riesgo. Como regla básica de las finanzas:
a mayor riesgo, mayor rentabilidad potencial. Las criptomonedas y acciones, por
ejemplo, pueden ofrecer rendimientos elevados, pero son volátiles, aspecto que
no todos están dispuestos a tolerar.
Estos instrumentos de
inversión requieren paciencia y visión a largo plazo, dado que las
fluctuaciones a corto plazo pueden ser muy desalentadoras.
Por otro lado, para personas
con perfiles más conservadores de inversión, los depósitos a plazo ofrecen
seguridad, aunque con rentabilidades más modestas que los instrumentos de renta
variable.
Eso sí, con la realidad actual
del mercado financiero, los instrumentos de ahorro más convencionales están
ofreciendo rentabilidades mínimas que difícilmente superan la inflación.
En este contexto, el sector
inmobiliario emerge como una alternativa particularmente atractiva que
equilibra rentabilidad y riesgo, sobre todo porque el sector atraviesa un
escenario bien particular, donde las inmobiliarias enfrentan necesidades de
liquidar stock, lo que ha generado promociones, descuentos significativos y
beneficios como bonos para el pie o arriendos garantizados.
Y es que lo que hace
especialmente rentable la inversión inmobiliaria es su modelo de
apalancamiento: a diferencia de otras inversiones donde necesitas aportar el
100% del capital, en el mundo inmobiliario puedes ingresar con un porcentaje
relativamente bajo (el pie) y financiar el resto mediante un crédito
hipotecario con tasas convenientes a largo plazo (las tasas hoy están tendiendo
a moderarse).
El inmueble puede generar
ingresos por arriendo que ayudan a cubrir el dividendo, el riesgo principal lo
asume la institución financiera, mientras la rentabilidad es completamente
tuya, y adicionalmente vas construyendo patrimonio con un activo que históricamente
tiende a revalorizarse.
Si estás en condiciones de poder calificar para un inmueble, considerando los subsidios disponibles, y las facilidades de ahorro que están entregando algunas inmobiliarias, como el pago del pie en cuotas, la devolución de impuestos puede convertirse en la llave de entrada al mercado inmobiliario, transformando un ingreso puntual, como la devolución de impuestos, en un activo generador de riqueza a largo plazo.

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