Así como las personas se
organizan para disfrutar de la época estival, principalmente en las playas, los
agricultores se preparan para una temporada cada vez más compleja, dado el
escenario medioambiental.
Uno de los problemas más
graves que enfrenta el mundo del agro en la actualidad es la crisis hídrica y
temperaturas extremas potenciadas por el calentamiento global. Chile es uno de
los países donde este fenómeno está teniendo mayor impacto, ya que, por ejemplo,
el anticiclón del Pacífico, este sistema de alta presión atmosférica que se
encuentra en el océano y que evita que tengamos ciclones, está más exacerbado,
bloqueando cada vez más las precipitaciones.
Esto redunda en sequías y en
la expansión del desierto nortino, y obviamente en menos aguas para las
plantaciones, en zonas donde anteriormente sobraban, como la Región
Metropolitana o la de Valparaíso. Y el sur no está mucho mejor, ya que los
cultivos secanos, es decir, aquellos que dependen exclusivamente de la lluvia,
sin riego artificial, se están viendo igualmente afectados.
Así como un ser humano se
deshidrata sin este recurso vital y se quema la piel con un sol cada vez más
abrasador, con temperaturas que se están acercando a los 50 grados en algunos
lugares de nuestro territorio, también sufren consecuencias las plantas.
Éstas constituyen verdaderas fábricas de
azúcar, producto que utilizan para construir más raíces, tallos, hojas y, por
último, frutos, que son los grandes objetivos de la agricultura.
Todo lo anterior lo realizan a
través de la fotosíntesis, un proceso que depende de la luz y que está regulado
por la temperatura.
Cuando se superan ciertos
umbrales, la planta se da cuenta de que no tendrá agua suficiente y cierra su
fábrica por medio de sus estomas, que vendrían siendo como las chimeneas y que
están en la hoja, priorizando su supervivencia, esto es, su raíz, sus estructuras
foliares y sus reservas.
“Su última prioridad,
entonces, la tiene lo que nos interesa a nosotros: el fruto que cosechamos”,
explica Rodrigo Carvallo, subgerente de Marketing e Innovación de Summit Agro
Chile, multinacional japonesa perteneciente al grupo Sumitomo Corporation. “Por
lo tanto, se producen caídas de frutas, reducción de calibres, que sean más
insípidas y con menos carbohidratos, y mayores pudriciones”, complementa.
Plagas y soluciones
Así como el calor reduce el
metabolismo en los seres humanos, en el caso de los insectos, las hembras ponen
huevos más rápido. A más cantidad en menos tiempo, eclosionan antes, lo que
provoca una mayor concentración de ciertas plagas en plazos muy cortos,
aumentando las presiones sobre el sector agrícola.
De esta manera, han ido
agarrando fuerza pestes y plagas propias de la época. “En todos los años
anteriores habíamos tenido ciertos focos de mosca de la fruta, que eran
rápidamente controlados, pero hoy tenemos problemas en varios lugares y con
mayores dificultades”, advierte Carvallo.
Finalmente, para los
abióticos, o sea, aquellos factores que no tienen vida y que afectan a la
agricultura, como la luz solar, están los bloqueadores.
“Entre ellos, destaca Oasis, herramienta de última generación transparente, que no sólo bloquea los efectos dañinos del sol, sino que también estimula fisiológicamente a la planta en su fotosíntesis, manteniéndola fresca para seguir operando la fábrica”, concluye el especialista.


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