Sin duda, la nueva ley que obligará a todas las empresas a reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales representará un desafío para la productividad.
Y a pesar de que muchos líderes empresariales se han preparado con antelación para enfrentar éste y otros cambios normativos, para las pymes puede ser aún más complejo transitar por un camino que parece imponerles cada vez más obstáculos.
El
precio del dólar, las altas tasas de interés, el costo de la energía y la
escasez de mano de obra, por ejemplo, han elevado las alertas invitando a
pequeñas, medianas y grandes empresas a planificar con tiempo el próximo año. Y
es en esta acción donde el Lean Management podría ser de gran ayuda.
Esta
metodología podría contribuir a la resolución temprana de diversos problemas y,
al eliminar el desperdicio, mejorar la eficiencia, reducir costos e incluso
optimizar la calidad de los servicios en una empresa. En los años setenta
grandes empresas, a nivel mundial, comenzaron a aplicar este enfoque que
aterrizó en Chile para ir despejando las ineficiencias.
Sin
importar el tamaño de la organización, “sacar la grasa”, es decir, todo lo que
no contribuya a alcanzar los objetivos no puede sino traer beneficios y, debido
a las crisis que enfrentamos como país, acelerar el cambio cultural que se
necesita para adoptar metodologías modernas y nuevas herramientas tecnológicas
se ha vuelto imperativo.
Nos
acostumbramos a ser lentos, a trabajar poco y a desaprovechar las oportunidades
que abre la tecnología que muchos observan con cautela. Pero, las generaciones nuevas
vienen con otra mentalidad. Mientras que para una empresa tradicional una
quiebra significar el fin de la carrera empresarial, para los
startups, ésta representa una
oportunidad.
Así lo hemos comprobado al asesorar contable y tributariamente a un
mundo tan diverso, donde la mirada holística nos ha llevado también a entregar
recomendaciones que, a veces van un poco más allá de nuestro campo pero que las
pymes agradecen especialmente.
En este sentido, nuestro consejo para quienes sienten que los problemas parecen insalvables es: pensar estratégicamente e incorporar todas las herramientas y metodologías que puedan ayudarles a adaptarse rápidamente a los cambios.
Verán que con planificación y mejorando la eficiencia, resolver las dificultades se va volviendo más fácil.
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