El exembajador de Chile en Portugal (2018-2022) y en Australia (2010-2018) agregó que “el comercio chileno se beneficia al acceder a un mercado europeo más amplio, especialmente en sectores como la minería (cobre), energía, fruta y acuicultura. Por ejemplo, la exportación de minerales, productos energéticos y productos del mar puede experimentar un crecimiento significativo”.
Según
lo señalado por el Consejo de la UE, el acuerdo comercial conseguido permitirá
reducir las barreras existentes al comercio bilateral de bienes y servicios y
un mejor acceso a materias primas y combustibles limpios cruciales para la
transición a la economía verde, como el litio, el cobre y el hidrógeno.
Asimismo, mejora el acceso a los mercados de contratación pública, y se tienen
en cuenta específicamente las necesidades de las pequeñas y medianas empresas y
la protección de la Propiedad Intelectual, incluyendo las Indicaciones
Geográficas.
El comercio bilateral UE-Chile creció alrededor de un 150% entre 2002 y 2022. Los hitos clave en esta relación incluyen la firma del Acuerdo de Asociación entre la UE y Chile en 2002, la entrada en vigencia del acuerdo en 2003, y los esfuerzos continuos para fortalecer la cooperación en áreas como comercio, medio ambiente y derechos humanos.
El acuerdo, además, es uno de los pioneros en la inclusión de disposiciones sobre la igualdad de género, un tema muy relevante tanto para la Unión Europea y España, como también para Chile. Se reconoce la importancia de incorporar la perspectiva de género en las políticas para conseguir un crecimiento económico inclusivo.
Por otra parte, el Acuerdo Marco Avanzado contiene además cláusulas de naturaleza política y de cooperación, al igual que los compromisos en materia comercial que requieren ratificación por los Estados miembros de la Unión, por ser una competencia compartida con los Estados miembros, como las disposiciones sobre protección de inversiones.
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