El
estudio afirma que, más allá de que las tecnologías tomen los trabajos, es que
simplemente no habrá humanos para realizarlos en industrias amplias como
finanzas/servicios comerciales, tecnología/medios/telecomunicaciones y
manufactura. Por ende, frente a la escasez de profesionales, el riesgo es
grande.
“Los
cambios que están ocurriendo en las empresas son disruptivos, haciendo
necesario contar con profesionales cada vez más actualizados en sus
conocimientos. En tecnología, el desafío es aún mayor porque es un área que
está innovando constantemente. Vivimos la exigencia de contar con una fuerza
laboral fuerte, inclusiva, resiliente y omnipresente”, precisa Claudio Ortiz
Welsch, gerente general de Cisco Chile.
Es
momento de reestructurar la forma de pensar el talento mediante una hoja de
ruta que incluya a la tecnología; el trabajo remoto y la digitalización; y el
impulso de la inteligencia artificial. Por ello, aquí hay cuatro conceptos que
son fundamentales para seguir creciendo en un mundo cada vez más competitivo,
agresivo y ágil.
Competencias. Es
lo fundamental cuando se mira a un candidato. Sus habilidades, el conocimiento,
la experiencia y lo que puede hacer. Sin embargo, no es lo único. Es decir, en
vez de centrarse en títulos y habilidades generales, se requieren competencias
básicas adaptables. Si se contrata según habilidades genéricas en estos días,
estas pueden estar desactualizadas o incluso ser innecesarias.
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| Claudio Ortiz Welsch, Gerente General de Cisco Chile. |
Capacidad. Las
aptitudes son clave. Hoy se buscan personas que quieran aprender y puedan
mantenerse al día con el nuevo ritmo del cambio tecnológico. Cuando eres un
trabajador del conocimiento, todo se trata de lo que puedes aprender,
desaprender y volver a aprender. Si te mantienes relevante y curioso, siempre
hay un trabajo para ti.
Curiosidad. Es
la capacidad de hacer preguntas, de descubrir por qué las cosas no funcionan y
cómo podrían solucionarse. La curiosidad significa mantenerse al día con los
tiempos, especialmente a medida que el cambio se acelera. Es estar
continuamente aprendiendo para mejorar internamente y fortalecer los
equipos.
Cultura. Es
el sello de cada uno que impacta en un “todos”. La cultura va más allá de
encajar. Se trata de la unión de todos los elementos de una organización por un
propósito y en cómo se trabaja para lograrlo.
"Las tecnologías no van a reemplazar a las personas, sino que están reconfigurando sus roles para lograr así que puedan desarrollar mejor su labor. Hay tareas que las máquinas no pueden reemplazar y que son inherentes al cerebro humano: creatividad, curiosidad, empatía y cercanía. Esa es la ecuación mágica”, sentencia Ortiz Welsch.


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