Uno de los elementos destacados en el Informe es el comportamiento algo más débil del consumo privado en el segundo trimestre, resultado que rompió la tendencia al alza de trimestres previos.
Agrega el IPoM que este comportamiento se da en un contexto
en que, en el último tiempo, varios de sus fundamentos han evolucionado en
línea con lo esperado. Por lo mismo, no se estima que su moderación reciente
sea persistente.
El IPoM destaca que la
Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) se estabilizó, tras la fuerte caída de
la segunda mitad del año pasado y agrega que esta variable exhibió un desempeño
mejor al esperado en el segundo trimestre de este año. En el Informe se destaca
que ejercicios a partir de microdatos revelan diferencias importantes entre
sectores, contrastando la debilidad que se observa en la gran mayoría de los
rubros con el dinamismo de la inversión en la minería.
Sobre el crédito, el IPoM destaca que la reducción de la TPM ha continuado traspasándose a las tasas de colocación bancaria de corto plazo acorde con los patrones habituales. Añade que el crédito bancario sigue débil, especialmente su componente comercial, en medio de condiciones de acceso al financiamiento sin grandes cambios.
Un
recuadro del Informe analiza el comportamiento de crédito total para un grupo
de países incluido Chile, encontrando patrones similares en todo este ciclo. El
análisis resalta la coherencia entre la evolución del crédito comercial
bancario y la debilidad de la inversión de los sectores no mineros, quienes son
los que utilizan más intensamente esta fuente de recursos para su
financiamiento.
En el plano externo, el IPoM
resalta que las noticias sobre Estados Unidos siguen dominando el panorama. En
las últimas semanas se ha observado una mayor volatilidad, marcada por la
evaluación de los mercados sobre el crecimiento de esa economía y las señales
de la Reserva Federal (Fed). Destaca también el Informe que el peso chileno ha
seguido los movimientos de los mercados financieros globales, respondiendo a la
volatilidad del escenario externo.
El IPoM señala que la
inflación total aumentó a 4,4% anual en julio, en gran medida por el efecto de
los mayores costos de la energía, mientras la inflación subyacente (sin
volátiles) se ubica en 3,4%. Las expectativas de inflación a un año plazo
suben, pero las expectativas a dos años plazo están alineadas con la meta de
3%. Ello es señal de que el mercado ha asimilado que el shock de costos que
eleva la inflación en el corto plazo es de carácter transitorio y que la
inflación converge a 3% en el horizonte de política.
Proyecciones
El IPoM destaca que las
proyecciones para la actividad y la demanda siguen considerando que la economía
local crecerá en torno a su tendencia en los próximos años. En 2024, el rango
de estimación de crecimiento del PIB se reduce en su parte alta, ubicándose
entre 2,25 y 2,75%, revisión que responde en buena medida al resultado del
segundo trimestre. Para 2025 y 2026, las proyecciones se mantienen en un rango
entre 1,5 y 2,5%.
El Informe agrega que el
consumo privado recobrará impulso, aunque su nivel a fines del horizonte de
proyección será menor que en la estimación previa. La evolución de varios de
sus fundamentos —como el menor costo del crédito y el aumento la masa salarial
real— sugiere que su moderación reciente no será persistente. No obstante, el
crecimiento del empleo se ha desacelerado en el margen, lo que debe ser
monitoreado cuidadosamente, indica el Banco.
Hacia 2025 y 2026, se anticipa
que el consumo privado crecerá a tasas del orden de 2% anual, en línea con el
crecimiento tendencial, y la expansión del consumo de gobierno también se
revisa a la baja, sobre todo para este año, siguiendo las proyecciones del
último Informe de Finanzas Públicas y los requerimientos de la meta de balance
estructural.
La estimación de crecimiento
de la FBCF para el período 2024-2026 es algo menor que la considerada en junio,
producto de la debilidad de la inversión de los sectores no mineros. Para el
sector minero, el escenario central ratifica el mayor impulso de la inversión
con impactos positivos en la actividad de otros sectores, especialmente en la
construcción.
El Banco Central prevé que la
inflación total aumente en el corto plazo, principalmente por la mayor alza de
los componentes volátiles. Una fracción responde a los efectos directos e
indirectos en el IPC del mayor aumento de las tarifas eléctricas que se produjo
en junio y julio. Se suma el impacto del incremento de las tarifas de fletes
marítimos a nivel global y la depreciación del peso en los últimos meses. A
fines de este año, se estima que la inflación total cerrará en 4,5%.
Hacia el mediano plazo, la
inflación tendrá un descenso más rápido que lo anticipado en junio, dadas las
menores presiones inflacionarias provenientes del comportamiento de la demanda
interna y el IPoM estima que su convergencia a la meta de 3% ocurrirá en los
primeros meses de 2026.
El impulso externo es similar
a lo planteado en junio. Así, el IPoM prevé un crecimiento de los socios
comerciales en torno a 3% en el período 2024-2026, condiciones financieras
internacionales algo más favorables y términos de intercambio algo menores. Respecto
del precio del cobre, para 2024 se proyecta en valor en US$4,15 la libra
(US$4,3 en junio), mientras que para el 2025 y 2026 se siguen considerando
valores en torno a US$4,3.
Parámetros estructurales
La estimación de crecimiento
tendencial no minero no presenta grandes cambios respecto del cálculo anterior
y para el período 2025-2034 se prevé un crecimiento promedio de 1,8%. Para la
TPM neutral nominal, el rango de estimación se mantiene entre 3,5 y 4,5%. Como
supuesto de trabajo, se utiliza un valor de 4%.
Política Monetaria
De acuerdo con el IPoM, el
conjunto de antecedentes disponibles sugiere cambios acotados en el panorama de
actividad, aunque el gasto evidencia mayor debilidad. Esto, junto con
expectativas de inflación alineadas a la meta de 3%, reduce los riesgos de una
mayor persistencia inflacionaria en el mediano plazo producto del shock de
costos.
En ese contexto, el Consejo
del Banco Central estima que, de concretarse los supuestos del escenario
central del IPoM de septiembre, la reducción de la TPM hacia su nivel neutral
será algo más rápida que lo previsto en junio. Esto ocurrirá a un ritmo que
tomará en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias
para la trayectoria de la inflación.
Respecto de los escenarios de sensibilidad —bordes del corredor de la TPM—, el IPoM explica que están relacionados con la evolución de la economía local. La parte inferior puede darse en una situación en que la debilidad de la actividad y la demanda en el segundo trimestre se prolongue y/o se profundice por distintos factores, incluido un mercado laboral más débil.
Ello tendría impactos a la baja sobre
las presiones inflacionarias mayores que los contemplados en el escenario
central, llevando a una reducción más rápida de la TPM.
El límite superior, en tanto, podría darse si el alza de la inflación resultara más persistente que lo previsto o si sus efectos de segunda vuelta superaran lo considerado, lo que podría acentuarse de la mano del dinamismo de la inversión minera y del impulso adicional que esto tendría en la actividad de varios sectores y la demanda.
También existen escenarios donde la evolución del panorama internacional
difiere de lo planteado en el escenario central. Particularmente, la velocidad
a la que la Fed reduzca su tasa de interés afectaría las condiciones
financieras globales, con impactos en la economía local que mantendrían la TPM
dentro de los límites del corredor.
Puede revisar el Informe de Política
Monetaria de septiembre completo en el siguiente link.
Este IPoM de septiembre contiene los siguientes recuadros:
Inversión minera y su propagación al resto de la economía; Evolución internacional del crédito comercial; PIB Tendencial; Tasa de Política Monetaria Neutral
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