lunes, 15 de diciembre de 2025

Liderazgo silvoagropecuario en un mundo en transformación

Andrea García, directora de la Oficina de Estudios y Políticas (Odepa)

El debate reciente sobre la competitividad agrícola en América Latina ha vuelto a instalar una pregunta clave: ¿en qué posición se encuentra Chile dentro de un sector global que cambia aceleradamente? La respuesta exige mirar más allá de titulares coyunturales y observar el contexto internacional.

 Hoy, la agricultura y las cadenas de suministro operan bajo crecientes tensiones geopolíticas, nuevas barreras no arancelarias, y la presión simultánea de la crisis climática, hídrica y de biodiversidad. 

Aun así, o precisamente por ello, Chile ha sabido construir un liderazgo sólido en los mercados globales, combinando calidad, cumplimiento regulatorio y una estrategia exportadora basada en sostenibilidad.

En el ámbito frutícola, nuestro sello histórico, Chile continúa siendo uno de los actores más relevantes del hemisferio sur. En frutas frescas y frutos comestibles[1], Chile se mantiene como segundo mayor exportador de América Latina y el Caribe, con envíos que alcanzaron a más de US$ 8.2 millones en 2024, por encima de Perú y solo detrás de México.

En productos pecuarios, un segmento muchas veces menos visible, Chile también ocupa un lugar estratégico. En el comercio regional de carnes[2], Chile se ubica entre los cuatro principales exportadores de América Latina, integrado en un grupo reducido de países con acceso sanitario a mercados de alto estándar. 

De forma similar, en lácteos[3], aunque no lideramos el ranking regional, Chile se sitúa como sexto mayor exportador de lácteos de América Latina y el Caribe, detrás de Argentina, Uruguay, México, Brasil y Nicaragua, pero por encima de Costa Rica y Perú.

El sector forestal confirma esta trayectoria. Respecto a la madera, manufacturas[4] y celulosa y pastas de madera[5], Chile es el segundo exportador más importante de América Latina, superado solo por Brasil.  

Este es, en definitiva, el lugar donde estamos: un país que compite en los mercados más sofisticados del mundo, que aporta estabilidad a las exportaciones regionales y que sostiene su posición no por volumen, sino por calidad, cumplimiento y visión estratégica.

 Para Chile y para nuestra agricultura, el desafío no es imitar modelos ajenos, sino profundizar el propio: fortalecer la innovación aplicada, acelerar la transición sostenible, desarrollar políticas públicas con enfoque territorial y acompañar a productores y productoras en los cambios que exige el comercio global.

América Latina tiene hoy una oportunidad histórica de consolidarse como un bloque proveedor de alimentos y materias primas sostenibles. Chile ya es un referente dentro de ese mapa. 

Y en un mundo donde los estándares son cada vez más estrictos, nuestra mayor fortaleza seguirá siendo la misma: un sector silvoagropecuario que combina calidad, resiliencia y una institucionalidad creíble, capaz de abrir puertas en cualquier mercado del mundo.

[1] 08 Frutas y frutos comestibles; cortezas de agrios (cítricos), melones o sandías. (TradeMap)

[2] 02 Carne y despojos comestibles. (TradeMap)

[3] 04 Leche y productos lácteos; huevos de ave; miel natural; productos comestibles de origen animal. (TradeMap)

[4] 44 Madera, carbón vegetal y manufacturas de madera. (TradeMap)

[5] 47 Pasta de madera o de las demás materias fibrosas celulósicas; papel o cartón para reciclar. (TradeMap)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Liderazgo silvoagropecuario en un mundo en transformación

Andrea García, directora de la Oficina de Estudios y Políticas (Odepa) El debate reciente sobre la competitividad agrícola en América Lati...