La reunión, realizada bajo el tema "Afinando el
enfoque del sistema de desarrollo para abordar las necesidades de los países de
ingreso medio", fue inaugurada por Volkan Bozkir; António Guterres,
Secretario General de la ONU; y Munir Akram, presidente del Consejo Económico y
Social del organismo (ECOSOC).
A continuación, se realizó un segmento de evaluación
que contó con la moderación de Lysa John, Secretaria General de CIVICUS, y la
participación como oradores principales de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva
de la CEPAL, Elliot Harris, Secretario General Asistente para Desarrollo
Económico en el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA,
por sus siglas en inglés), y Ana Patricia Muñoz, de la Red Voz del Sur (Southern
Voice Network), Directora Ejecutiva del Grupo FARO.
En su presentación, la Secretaria Ejecutiva de la
CEPAL indicó que el PIB per cápita no debe ser el único criterio para definir
los niveles y necesidades de desarrollo y no puede ser utilizado para excluir a
los países de ingreso medio (MICs, por sus siglas en inglés) del financiamiento
concesional y preferencias comerciales. En este sentido, recalcó que los
pequeños estados insulares en desarrollo (SIDs) son particularmente
vulnerables. “(La enfermerdad por) COVID no distingue entre los niveles de
ingreso y tampoco la cooperación para superar esta crisis debiera estar guiada
por criterios de PIB”, enfatizó.
Alicia Bárcena recordó que los MICs son actores clave
del desarrollo global ya que representan más del 75% de la población mundial y
cerca de un tercio del PIB global. En ellos vive el 62% de las personas en
situación de pobreza, atraen un 45% de las inversiones, suman el 30% de las
exportaciones mundiales y son actores clave en la implementación de la Agenda
2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Además, abarcan el 96% de la deuda pública de los
países en desarrollo (excluyendo a China e India), por lo que problemas de
deuda y un potencial default de los países de ingreso medio podrían tener
importantes repercusiones en los mercados financieros globales.
Explicó también que el impacto económico y social del
COVID-19 ha aumentado significativamente la brecha financiera de estos países.
En este sentido, advirtió que América Latina y el Caribe es la región del mundo
en desarrollo más endeudada y tiene el servicio de la deuda más alto
(equivalente al 59% de sus exportaciones de bienes y servicios).
La máxima autoridad de la CEPAL declaró que la
capacidad para movilizar recursos externos es limitada y no está ligada al PIB
per cápita y que la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) es todavía
importante para muchos países de ingreso medio: por ejemplo, representó el 34%
de los flujos financieros recibidos por el Caribe en 2019.
También advirtió que los flujos financieros ilícitos
están en la raíz de muchos de los problemas ligados a la movilización de
recursos domésticos. Según cálculos de la CEPAL, se estima que América Latina y
el Caribe pierde US$ 85 mil millones por año en salidas de capital de la
región, debido a los flujos financieros ilícitos que resultan de la facturación
comercial falsa.
Alicia Bárcena destacó que las iniciativas de
cooperación y financiamiento deben incluir a los MICs, que comprenden una gran
diversidad de países con disímiles capacidades y necesidades. Señaló que
algunas áreas clave para lograr una cooperación más inclusiva y reducir las
brechas estructurales y asimetrías son: el acceso igualitario a las vacunas,
tanto para los países menos desarrollados como para los MICs; medidas de
financiamiento multilateral y de alivio de la deuda, que deben ser
proporcionales a las necesidades de todos los países en desarrollo, incluyendo
los MICs; y posibilitar una industrialización verde mediante el acceso a la
tecnología, la inversión y la infraestructura.
“Una recuperación transformadora requiere una alianza
global con plena inclusión de los MICs”, enfatizó. “Necesitamos cooperación y
asociaciones estratégicas para lograr esto”, agregó Bárcena.
Explicó que este objetivo se puede cumplir si se suspenden las “graduaciones” de países y se mantiene la ayuda oficial para el desarrollo (AOD); si se adoptan enfoques multidimensionales y nuevas herramientas para clasificar los niveles de desarrollo en línea con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; si se asegura el acceso al financiamiento concesional para el desarrollo para los MICs, especialmente para las economías más pequeñas; si se extiende a los MICs el alcance de las provisiones especiales y el tratamiento diferencial entregado por el sistema de comercio multilateral; si se apoya a los MICs en su proceso de industrialización y en la diversificación de sus economías a través de un acceso concesional a las tecnologías y si se implementa un nuevo mecanismo multilateral para la reestructuración y alivio de la deuda y una plataforma intergubernamental para asuntos tributarios.
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