“En los últimos cinco años como FIA hemos apoyado 15
iniciativas de innovación con un aporte FIA de cerca $600 millones. Además, en
la última convocatoria nacional de proyecto, esta región se adjudicó un
proyecto para el desarrollo de la recuperación de la papa del desierto, como un
cultivo resistente a la sequía y bajo nitrógeno y que busca, establecer un
método de cultivo y estrategia de comercialización para su venta.
Sabemos que este territorio tiene oportunidades y se
ha transformado en un referente de cómo es posible desarrollar y potenciar
agricultura en zonas extremas, como el establecimiento de un laboratorio
natural para la agricultura del desierto”, indicó el ejecutivo de FIA.
En Alto La Portada, y junto al seremi de agricultura,
Pablo Castillo; se reunió con Fernando Salinas, joven innovador que desarrolló
un cultivo hidropónico de frutillas que permitió optimizar hasta el 50% de agua
en su producción.
El cultivo consiste en 3.500 plantas, donde la
modernización con sustrato de coco va más allá de probar un cultivo, sino que
significa una adaptación al cambio climático y eficiencia hídrica, con un
proceso innovador que apuesta también por abrirse al mercado agrícola.
El seremi Pablo Castillo, sostuvo que “tenemos grandes
ejemplos de trabajo a través de la agricultura hidropónica en la región de
Antofagasta y es fundamental que el Director Nacional, pueda conocer el trabajo
que desarrollan nuestros agricultores en una zona que pese a los problemáticas
se pueden desarrollar proyectos innovadores”.
La autoridad de FIA, también conoció la labor del Centro de Bioinnovación de la Universidad de Antofagasta (CBIA), quienes están generando biomasa a partir de un innovador proceso biotecnológico para tratar las aguas servidas.
Los científicos del CBIA trabajan en remediar aguas
servidas o “grises” a partir de microalgas aisladas.Tras el proceso, se
obtienen dos productos: una agua de uso para las áreas verdes y una biomasa,
también denominada “bioestimulante”, que mejora la calidad de los suelos.
En este contexto, el ejecutivo de la Fundación para la
Innovación Agraria, visitó la Unidad de Microbiología Aplicada para conocer más
sobre el proceso que desarrollan los científicos. “Observamos que a través de
las microalgas se pueden producir mejoradores de suelo en forma de biomasa, lo
cual sumado a la generación de agua tratada para uso en áreas verdes y la
abundancia de la energía solar, nos permiten pensar en mejores capacidades para
desarrollar la agricultura en el desierto”, explicó la autoridad.
Por su parte, el director del CBIA, Carlos Riquelme,
explicó que existe la posibilidad de potenciar alianzas con diversos organismos
nacionales que trabajan en el sector de la innovación agrícola, como la FIA.
“Hoy las microalgas y los procesos biotecnológicos a
partir de ellas están tomando mucho protagonismo. Históricamente las microalgas
fueron utilizadas como biofertilizantes a pequeña escala, no obstante, hoy
existen las condiciones tecnológicas para producirlas a nivel industrial, y
aprovechar todos los subproductos que se generan”, explicó el investigador.
Por otro lado, en la Vega Central Antofagasta se dieron a conocer las preparaciones con alimentos rescatados a partir de desecho, en el marco del proyecto Valora Alimentos de CORFO, a cargo de las académicas María José Larrazábal y Cecilia Díaz, de la Universidad de Antofagasta.
Esta iniciativa surgió de la necesidad de gestionar los desperdicios alimentarios sólidos agrícolas debido a que existen alimentos que son botados en el vertedero y aptos para el consumo, alta pérdida de nutrientes de alto valor biológico, pérdida de recursos usados en la producción y alta generación de residuos sólidos.
Por lo que, este proyecto se basa en la
economía circular, a través del consumo responsable, la gestión de residuos, la
revalorización de los desperdicios y la comercialización limpia.
Finalmente, las autoridades recorrieron las
instalaciones del jardín botánico de Aguas Antofagasta, explorando las
oportunidades que ofrece la tecnología de desalación para la agricultura, y que
ha permitido avanzar de forma sustentable a esta región.
“La desalación del agua de mar es una interesante alternativa que se presenta para hacer frente a la sequía, especialmente en el sector del agro, sin perjuicio de otras acciones. Chile tiene condiciones inmejorables para ampliar el uso de esta tecnología, partiendo por una amplia costa, una geografía angosta que facilita el bombeo del agua hacia todos los rincones y cielos limpios que permiten operar en gran medida con energía solar”, cerró el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre.
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