Gerardo Wijnant Subgerente de Impacto en Doble Impacto Banca Ética |
Las circunstancias que nos han tocado vivir como resultado de la pandemia, además de la constatación de los efectos del cambio climático, han fortalecido la idea de generar y fomentar el desarrollo local y, en ese sentido, el comercio de proximidad y el turismo sostenible tienen mucho que aportar.
Es importante señalar que no todo comercio local es
sinónimo de una cadena de valor sostenible, porque para ello es necesario crear
mecanismos que potencien o den prioridad a aquellos comercios que impulsen el
trabajo con la misma comunidad, la distribución de productos locales, y los
mecanismos que permitan que la comunidad sienta estos espacios como propios,
que el servicio y los precios sean justos y que generen un mayor retorno de los
recursos.
En este sentido, la ACHEFF A.G (Asociación Gremial de
Cocineros y Chefs de Chile) ha adoptado, a nivel nacional, el concepto de
“100K”, que promueve el consumo y obtención de materias primas, insumos o
productos de proveedores locales, ubicados en un radio no mayor a 100
kilómetros a la redonda.
Esto, sin duda, impulsa el desarrollo de identidad
local, mejora la competitividad por eficiencia del uso de recursos y el
desarrollo de productos elaborados con sello de sustentabilidad ambiental y
mínima huella de carbono.
Como ejemplo, para que un restaurante reciba la
categoría 100k debe contar al menos con un plato con ingredientes que cumplan
los requisitos de que el 50% sean productos 100k.
Pero y ¿qué es el turismo de carácter sostenible? La
Organización Mundial del Turismo (OMT) lo define como: “El turismo que tiene
plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales
y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la
industria, del entorno y de las comunidades”.
El turismo sostenible busca entonces desarrollar su
actividad generando un impacto mínimo sobre el medioambiente.
En 2005, la Organización Mundial del Turismo y el
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente establecieron los 12
objetivos que constituyen el modelo; entre éstos, encontramos aspectos
económicos, de prosperidad, empleo, equidad, riqueza cultural, etc.
En Doble Impacto – Banca Ética, nos interesa potenciar
el turismo sostenible como fuerza al servicio de la cultura, la comprensión de
los pueblos y la protección de la biodiversidad.
En concreto, y como ejemplo, impulsamos agencias de
viaje cuyo foco sea la promoción de lugares en donde se ofrezca la experiencia
de un turismo sostenible, preferentemente con sellos de calidad y
sustentabilidad S (como está definido por SERNATUR); establecimientos que sepan
enfrentar la naturaleza estacional del turismo y transporte que avance hacia la
eficiencia energética, descarbonización de combustible o electromovilidad.
En cuanto a los tipos de alojamientos, consideramos
aquellos que quieran invertir en la transformación hacia la eficiencia
energética, el uso consciente del agua, la adopción de energías renovables no
convencionales, el tratamiento de aguas grises y la disminución de la huella
ecológica.
En servicios turísticos, operadores de excursiones,
restaurantes de gastronomía cultural, centros de entretenimiento y ocio,
turismo de naturaleza y medio ambiente, turismo comunitario cultural y
gastronómico, agroturismo, turismo indígena, ecoturismo, turismo aventura y
astroturismo.
Nuestro anhelo es ponernos al servicio de actividades que generen bienestar y respeto por nuestra cultura e identidad, pues sólo así forjaremos un esquema de mayor cuidado a nuestro medio natural y a las comunidades, entregando un servicio que releve su historia y experiencias.
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