El impulso económico generado por la mayor apertura
frente al confinamiento, activó nuevamente las importaciones en Europa y
Norteamérica, lo que hizo que la demanda se disparara, coincidiendo con una
temporada alta en los encargos por la navidad.
Según el índice
de Contenedores de Carga Spot desde China a Latinoamérica (SCFI Shanghái -
Santos), el valor de los contenedores subió de US$500 por contenedor, en julio,
a US$4.805 en la última semana de noviembre, significando un alza de 861%.
Según Matías Baerwald, Business Development Manager de
KLog.co, principal embarcador digital de Latinoamérica: “Muchos están hablando
de cómo los retiros, las tasas de interés, el cambio del dólar, entre otros,
están afectando la inflación, pero nadie está hablando de lo que ocurre con el
alza de los fletes y el desabastecimiento, y sus implicancias en el alza de los
precios.
En tiempos de alta demanda en circunstancias normales,
el peak de los precios llegaba a un 30%, hoy el encarecimiento supera los tres
dígitos porcentuales”.
De acuerdo al experto, durante los próximos dos años
se mantendría esta tendencia, hasta que se solucione la problemática que
compete a la falta de naves y problemas logísticos de espacio en los puertos.
Eso sí, según sus estimaciones, las tarifas no volverán a ser las de antes.
“No se ve un camino fácil, puesto que el 2022 debería
haber un alza en los precios y desabastecimiento de productos, y puede ocurrir
que muchos insumos van a ser demasiado costosos de traer para los importadores.
No me extrañaría que disminuyera la variedad de productos a los que estamos acostumbrados. Quizás algunos importadores, incluso, opten por no traer más ciertos productos. Después de dos años la tendencia sería a estabilizar los precios, pero no a bajarlos”, indica Matías Baerwald.
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