Una pequeña planta de araucaria de dos años de vida y
tan sólo dos centímetros de longitud creciendo al interior de un tubo de ensayo
con medio de cultivo, diversas especies de hongos en bolsas y semillas de
distintas especies arbóreas, son solo una parte de lo que se puede ver dentro
de los laboratorios de Genética, Hongos y Biomasa del Instituto Nacional
Forestal (INFOR), de la región del Biobío, una de las sedes de este organismo
dependiente del Ministerio de Agricultura y que está enfocado a
desarrollar el área forestal del país, a través de investigaciones y
transferencia de conocimientos e innovación.
Estas instalaciones funcionan bajo estándares
internacionales y, en ellas, trabajan científicos que están dedicados a acercar
la ciencia a la pequeña y mediana agricultura. Durante años, han realizado
investigaciones para aumentar la productividad de este sector– sin descuidar el
enfoque sustentable–y dentro de unos meses sumarán a sus dependencias un nuevo
espacio.
Se trata del Laboratorio de Genómica Forestal,
dirigido por seis profesionales del área de Biotecnología Vegetal y Genética
Forestal, cuyo objetivo central será mejorar y conservar la genética de
especies forestales nativas y exóticas. ¿Cómo lo conseguirán?, perfeccionando
su adaptabilidad a los efectos negativos del cambio climático y aumentando su
productividad comercial.
En el contexto de su gira por la región del Biobío, el
subsecretario de Agricultura, José Guajardo Reyes, llegó hasta las
instalaciones de INFOR, ubicadas en la comuna de San Pedro de la Paz, en la
provincia de Concepción y constató el trabajo que están realizando los
científicos.
En la instancia, además valoró la implementación del
nuevo laboratorio y su aporte a la comunidad. “La región del Biobío es una zona
clave en el desarrollo forestal del país y para nuestro ministerio es muy
relevante contribuir al uso sustentable de estos ecosistemas forestales, a
través de la tecnología y la innovación.
A su vez, la directora ejecutiva del Instituto
Forestal (INFOR), organismo adscrito al Ministerio de Agricultura, Sandra
Gacitúa Arias, destacó que la implementación del nuevo Laboratorio de Genómica
Forestal “nos permite dar respuesta en el corto plazo a las necesidades de
disponer y transferir material vegetal (plántulas y semillas) genéticamente
mejorado, que pueda ser utilizado por pequeños forestadores, apicultores,
viveristas y/o empresas asociadas al rubro forestal, que requieran aumentar la
adaptación y/o productividad de sus plantaciones, las que cómo sabemos, se han
visto afectadas por el cambio climático y en temas de conservación de los
recursos forestales del país, podemos brindar la oportunidad de monitorear las
especies que puedan estar amenazadas y generar una respuesta más rápida y
eficiente contribuyendo a así a un modelo de desarrollo forestal sustentable.”
Jorge González, ingeniero en Biotecnología
Vegetal, quien será el encargado del nuevo Laboratorio de Genómica Forestal,
explica que ya están trabajando en el desarrollo de un portafolio de
actividades, dentro de un contexto de marcha blanca.
De esta manera, avanzan en la mejora de la adaptabilidad de especies forestales, como el quillay, la araucaria, el maqui, el boldo y el raulí, a través de herramientas biotecnológicas que permiten establecer un sistema de selección. Además, trabajan en la trazabilidad de las especies, con la cual evitan que el comercio afecte a la flora del país.
Un
ejemplo de esto, es la asesoría que entregan a los puertos, para evitar que
exista tráfico ilegal de especies leñosas.
“Estas son tecnologías que utilizan las grandes
empresas y nosotros las utilizamos en beneficio de los pequeños propietarios forestales,
pequeños agricultores y apicultores que nos ven lejanos. Trabajamos con la
comunidad y atendemos sus necesidades, y generamos una sinergia entre el campo
y la ciencia. Ellos también nos enseñan a nosotros y vamos avanzando”, señala
González.
El investigador explica que la forma de mejorar la
genética de las especies forestales se realiza a través de la selección de
genotipos o material que tenga una mejor adaptación, por medio de instrumentos
tecnologizados.
“En los laboratorios contamos con herramientas de
fisiología que nos permiten ver la eficiencia hídrica y, por ejemplo, qué tanto
resiste una planta a la sequía. Este trabajo lo ponemos en manos de la
agricultura campesina, ya que no es lo mismo que ellos compren las plantas en
viveros donde no hay mejora o ciencia detrás de ellas”, enfatiza.
Un ejemplo de esto, es la construcción de huertos melíferos en los
predios de apicultores, lugar donde plantan diferentes especies nativas que se
utilizan para alimentar a las abejas y garantizar la producción de flores
durante la temporada que producen miel.
Gracias a un proyecto internacional entre INFOR y la
Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), además, algunos de los
investigadores que trabajarán en el nuevo laboratorio, ya han realizado
capacitaciones en la Universidad Federal de Pelotas en Brasil, para adquirir
los conocimientos requeridos para dirigir estas instalaciones, que serán
inauguradas en noviembre próximo.
El espacio operará en red con los laboratorios de Semillas Forestales, de Micropropagación y de Micología del INFOR, los cuales en conjunto permitirán el desarrollo de diferentes estrategias que no sólo estarán limitadas a las plantas, sino que también a hongos y otros organismos.
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