La igualdad debería ser considerada como
uno de los motores del desarrollo regional y como una estrategia para cerrar
brechas estructurales en términos de ingreso, capacidades, productividad y
acceso a bienes públicos, dijo este viernes 7 de diciembre Alicia Bárcena,
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
durante la XIII Conferencia Internacional sobre Desarrollo de la Agencia
Francesa de Desarrollo (AFD) celebrada en París.

Erradicar la cultura del privilegio que
caracteriza a América Latina y el Caribe requiere abordar la desigualdad en el
ingreso y en la distribución de la riqueza, así como la evasión fiscal, que
representa 340.000 millones de dólares al año en la región (6,7% de su PIB),
señaló la máxima representante del organismo regional de las Naciones Unidas en
el encuentro dedicado a analizar “las desigualdades y la cohesión social”.
Estos temas son abordados en profundidad
en el documento “La insuficiencia de la desigualdad, la más reciente reflexión
institucional de la CEPAL, presentada durante su trigésimo séptimo período de sesiones
realizado en La Habana, Cuba, en mayo de este año. Allí se señala que la
desigualdad es ineficiente y un obstáculo para el crecimiento, el desarrollo y
la sostenibilidad en América Latina y el Caribe.
La primera década del siglo XXI estuvo
marcada por avances en materia de desarrollo social en la región, ha explicado
Bárcena. Se redujo la pobreza, se llevaron a cabo reformas a favor de la
solidaridad en los sistemas de protección social, creció el consumo y se
registró una mejora en la distribución del ingreso.
No obstante, en esta segunda década ha
surgido una mayor resistencia hacia la promoción de la igualdad de derechos y la
profundización de las reformas sociales, alertó, con recortes en el gasto
social y limitaciones de los derechos laborales, entre otras medidas.
Las cifras del coeficiente de Gini, que
mide la concentración del ingreso, son reveladoras en este sentido. La
desigualdad promedio de la región se redujo 1,5% por año entre 2002-2008, 0,7%
por año entre 2008-2014 y solo 0,4% por año entre 2014-2016.
Entre 2002 y 2008, 14 países registraron
una disminución del 1% o más por año en el coeficiente de Gini, mientras que
entre 2014 y 2016 solo 5 países registraron descensos de tal magnitud.
Pero la desigualdad no solo se manifiesta
en la distribución del ingreso, insiste la CEPAL, sino también en una
multiplicidad de ámbitos como el trabajo decente, la educación, la salud, el
acceso a servicios básicos de calidad y a la protección social, en el uso de
nuevas tecnologías, en la participación política y en el derecho a vivir en un
medio ambiente limpio, por nombrar algunos.
Las desigualdades estructurales que
persisten en la región, enfatizó Bárcena, impiden superar la llamada “trampa
del ingreso medio” (como se le denomina a las dificultades que enfrentan las
economías en desarrollo para encontrar nuevas fuentes de crecimiento tras haber
alcanzado niveles medios de ingresos). Urge aumentar los niveles de
productividad a través de la innovación, el cambio tecnológico y la producción
de bienes y servicios intensivos en conocimiento, sostuvo.
La conferencia en París fue inaugurada por
Rémy Rioux, Director General de la AFD, y Stefano Manservisi, Director General
de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Comisión Europea, y contó con
la participación de personalidades como François Bourguignon, Profesor Emérito
y ex Director de la Escuela de Economía de París, y Shanta Devarajan, Director
Superior de Economía del Desarrollo del Grupo del Banco Mundial, entre otros.
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